miércoles, 23 de mayo de 2012

los calambres en diálisis: unos molestos compañeros de viaje

Uno de los síntomas más frecuentes y molestos que presentan las personas que acuden regularmente a diálisis es la aparición de calambres. Consisten en la aparición de una contracción muy dolorosa de los músculos de manera totalmente involuntaria, es decir, sin que la persona quiera realmente contraer ese músculo. En esta entrada hablaremos de los motivos por los que son mucho más frecuentes en las personas en diálisis y qué podemos hacer para prevenir su aparición.



¿ Por qué aparecen calambres ?



En la población general la aparición de calambres se relaciona con la realización de ejercicio físico ( sobre todo durante y después de la actividad física) y está provocado por alteraciones en la concentración de potasio, calcio, magnesio u otros elementos, o bien debido a deshidratación. Todos hemos visto a algún corredor de maratón en ocasiones tener que pararse súbitamente debido a un intenso calambre en la pierna o a algún ciclista en una larga etapa alpina del Tour de Francia presentar problemas por calambres en la subida al último puerto.Los aficionados al tenis habrán visto a Rafa Nadal comiéndose un plátano durante los descansos, precisamente para recuperar los niveles de potasio en su organismo y evitar la aparición de calambres.
Otras causas menos frecuentes de aparición de calambres especialmente por la noche son :
- uso de diuréticos, laxantes, que tomados en exceso pueden disminuir los niveles de potasio.
- embarazo, por disminución de niveles magnesio en sangre.
- alteraciones a nivel neurológico (por ejemplo enfemedad de Parkinson, alteraciones en una raíz nerviosa, es decir, en el comienzo del nervio a nivel de la columna)
- pueden aparecer en personas que se encuentran sentadas durante largos periodos de tiempo sin moverse.
- son algo más frecuentes en personas con diabetes, alcoholismo, hipotiroidismo...



¿ Por qué aparecen calambres en diálisis?



En las personas con insuficiencia renal que acuden a dializarse la aparición de calambres es bastante frecuente y obedece a otras causas diferentes a las mencionadas anteriormente. En este caso se debe fundamentalmente a la rápida eliminación de líquido del organismo que tiene lugar durante el proceso de diálisis lo cual condiciona que llegue poco volumen de sangre a los músculos desencadenado su contractura y dolor. Dicho de otra manera, si una persona acude a dializarse con una gran sobrecarga de líquidos  y hay que eliminarlo de manera rápida, será bastante probable que al poco rato acabe apareciendo el calambre.
Otro factor que puede favorecer su aparición es el empleo de líquidos de diálisis con un bajo contenido en sodio. Cuando hablamos del tema de la sal, ya mencionamos que una dieta rica en sal favorecía la subida de la tensión arterial. Pues bien, en el baño de diálisis (el líquido que limpia la sangre) si empleamos concentraciones altas de sodio, pasará lo mismo, la persona tendrá sed, beberá agua y su tensión arterial se incrementará. Sin embargo el empleo de concentraciones muy bajas de sodio puede ser útil para bajar los valores de presión  arterial, pero puede favorecer la aparición de calambres, por lo que habrá que mantener una concentración de sodio ajustada e individualizada a cada persona que evite las dos situaciones previamente descritas.




¿ Qué se puede hacer para prevenir su aparición?



Lo más importante será evitar ganancias de líquidos excesivas entre una diálisis y otra, siendo para ello básico realizar una dieta sin sal para evitar la sensación de sed y que, por tanto, la persona tenga necesidad de tomar líquidos, que ya se trató en la entrada sobre líquidos en diálisis. Como hemos comentado previamente, si hay que extraer mucho volumen muy rápidamente es bastante probable que acaben apareciendo al final de la sesión, calambres.
Además, ante la aparición repetida de calambres durante varias sesiones de diálisis, el personal sanitario debe estar alerta, ya que ésto nos indica que algo no está yendo bien. Es probable que se deba subir el peso final programado (peso seco) de diálisis, porque estemos quitando demasiado líquido y aparezcan de esta manera calambres y mareos. O puede suceder que la concentración de sodio en el líquido de diálisis sea demasiado baja y haya que incrementarla. En cualquier caso la aparición repetida de calambres no debe considerarse normal y siempre nos indicará que hay algo que debemos modificar.



¿ Qué hacer si aparece un calambre durante la sesión de diálisis?



Si aparecen calambres durante una sesión de diálisis habrá que tomar las siguientes medidas:
- en primer lugar, proporcionar a la persona una superficie rígida de apoyo para estirar la pierna y poder descontracturarla (puede ser útil una garrafa llena con líquido). Evidentemente con el pie en el aire no podremos estirar el gemelo, y dado que no se puede levantar al encontrase conectado a la máquina puede ser útil esa superficie rígida o cualquier otra. Asímismo, masajear la zona contracturada es una medida eficaz para relajar el músculo y disminuir el dolor.
- será muy importante comprobar que la persona no presenta valores de tensión arterial bajos coincidiendo con la aparición del calambre. En ese caso, deberán tomarse medidas para incrementarla como son: suspender la extracción de líquido durante la diálisis y si es necesario administrar suero
- en caso de que no ceda el calambre se puede administrar suero salino, para subir la tensión y los valores de sodio, siendo la medida más eficaz ante un episodio que no remita.



¿ Qué hacer si aparece un calambre en casa?


Lo más importante será mantener la calma y si estamos tumbados, levantarnos para apoyar el pie, y descontracturar el gemelo. Generalmente con esta medida suele remitir, pero si ésto no sucediese se podría masajear la zona dolorosa hasta relajarla.


En caso que la persona se note mareo o al tomar la tensión arterial esté muy baja puede ser útil tomar algún producto rico en sal ( siempre de forma excepcional) como puede ser jamón u otro embutido, sopas de sobre, productos precocinados, ...




domingo, 20 de mayo de 2012

un relato sobre la importancia de la empatía

Dentro de la iniciativa Mírame-Diferénciate recomiendo la lectura del relato "En la oscuridad" publicado por Lola Montalvo. De una manera sencilla, pero clara explica la importancia de la empatía aún en aquellas situaciones en que creemos que la persona no puede oirnos o sentir nada. Destaco la última frase: "No nos olvidemos de nuestros pacientes cuando los tengamos delante."

miércoles, 16 de mayo de 2012

Lactancia y medicamentos hipotensores


En la entrada sobre hipertensión y embarazo ya se mencionó el tema de la incompatibilidad de muchos medicamentos hipotensores durante la gestación por sus posibles efectos negativos sobre el feto. Hoy hablaremos sobre la relación entre hipertensión y lactancia y comentaremos qué fármacos estarían indicados para su tratamiento.

Evolución de la hipertensión arterial en las primeras semanas tras el parto

Si la mujer ha presentado en las ultimas semanas del embarazo hipertensión gestacional, el momento de mayor elevación de los valores de presión arterial coincidirá con los momentos previos al parto para ir posteriormente disminuyendo las cifras de tensión arterial hasta normalizarse a las pocas semanas. Sin embargo, en los primeros días de vida del bebé es aún frecuente que la madre tenga aún  que tomar algo de medicación hipotensora aunque en proceso de reducción de dosis.
Asímismo, hay algunas madres en las que el proceso del parto y el nacimiento del bebé provocan un estado de ansiedad muy elevado, lo cual se traducirá en una elevación de la presión arterial.
Finalmente, hay algunas mujeres con hipertensión arterial previa, en las que ha habido que cambiar la medicación hipotensora durante el embarazo y que tras el parto deberán continuar tomando fármacos para controlar su tensión arterial.


¿ Puedo seguir con lactancia materna si tomo medicamentos para la tensión arterial?

Anteriormente, no se indicaba la lactancia materna en el caso de que la madre estuviese tomando algún medicamento hipotensor ante la creencia de que éstos podrían pasar al recién nacido. Sin embargo, se ha comprobado que la concentración de algunos de estos medicamentos considerados seguros en la leche materna es prácticamente nula, por lo que actualmente no se considera una contraindicación, si bien es muy importante comprobar que el fármaco en cuestión se encuentra dentro de la lista de los seguros.


¿ Qué hipotensores son seguros?

En general se consideran seguros los siguientes fármacos:


Nombre genérico
Nombre comercial en España
Metildopa
Aldomet
Labetalol
Trandate
Nifedipino
Adalat
Propanolol
Sumial
Metroprolol
Beloken, Lopresor
Enalapril
Renitec
Captopril
Capoten
Hidroclorotiazida
Esidrex, Hidrosaluretil




Se encuentran contraindicados totalmente Atenolol y Diltiazem ya que se excretan en la leche materna y no existen evidencias de seguridad (es decir será mejor evitar) con Ramipril, Lisinopril, Olmesartan, Telmisartan, Candesartan, Irbesartan, Losartan, Eprosartan, Valsartan. En el caso de algún medicamento que no se encuentre dentro de esta lista, será mejor restringir su uso y optar por algún fármaco incluido dentro de la misma.

viernes, 11 de mayo de 2012

El apoyo del personal sanitario a la persona con insuficiencia renal

En el blog de Ana Hidalgo: vivir con insuficiencia renal , la propia autora comenta  cómo, en ocasiones, el estado de ánimo de las personas que padecen insuficiencia renal crónica sufre muchos altibajos en relación con diferentes circunstancias del desarrollo de la enfermedad y la enorme importancia de mantener una actitud optimista ante los diferentes avatares que puedan surgir . Por ejemplo, si una persona acude a diálisis con la fístula arterio-venosa sin funcionar y ésto supone tener que colocar un catéter temporal  este hecho supondrá en la mayoría de los casos un profundo disgusto y motivo de preocupación para el paciente. Sin embargo, el modo en que se reaccione posteriormente ante estos contratiempos variará de unas personas a otras y ahí es donde los profesionales sanitarios podremos ayudar a encontrar estrategias de ayuda.



Cada persona, un mundo


En primer lugar, algo tan obvio como conocido: cada persona es un mundo, y va a reaccionar de manera diferente ante una misma situación. Volviendo a la situación anterior, ante una trombosis de fístula un paciente puede reaccionar deprimiéndose, con pensamientos negativos del tipo: sólo me pasan a mí estas cosas, con lo bien que iba ahora voy a estar fatal... Mientras que en otros casos la persona más optimista podrá pensar: ésto es un pequeño bache, pero después me arreglarán la fístula y seguro que todo volverá a ir bien. Evidentemente en los dos casos la ayuda que podemos ofrecer no será la misma.


Escuchar: el primer paso

Para saber cómo podemos ayudar a una persona el primer paso será detectar cuáles son sus preocupaciones. Y para ello lo más importante es escuchar atentamente sus problemas, así como detectar el lenguaje no verbal que ofrecen sus gestos, mirada,  postura, su tono de voz... Muchas veces, proporciona más información sobre cómo se encuentra realmente una persona el lenguaje no verbal que lo que realmente está diciendo.
El escuchar atentamente a un paciente implica un esfuerzo por parte del personal  sanitario que lo atiende. Una cosa es oír sin atención los problemas de una persona y otra muy diferente escuchar de manera activa, es decir tratar de empatizar con los problemas que tiene. En el primer caso además resultará incluso más perjudicial que beneficioso ya que a la persona que cuenta sus problemas, inmediatamente le embriagará la sensación de que a su oyente no le interesa en absoluto su vida y que, por tanto, no podrá confiar en él.



Dar soluciones positivas, buscar puntos de vista diferentes


Si hemos escuchado atentamente las preocupaciones de un persona, ahora será el momento de intentar ayudarle a buscar soluciones positivas, ofreciéndole otros puntos de vista. Por ejemplo, a una persona que esté preocupada por el hecho de que al estar dializándose no pueda irse de vacaciones, le podemos hablar de otras experiencias positivas de pacientes que se han dializado en otro lugar durante un tiempo. Seguro que el pensar: si otros lo han hecho ¿ Por qué yo no? le ayudará a esa persona a disminuir el miedo ante una situación novedosa y desconocida, circunstancia que siempre asusta.











En resumen...


Como personal sanitario que atendemos a personas con una enfermedad renal crónica habrá que estar atentos a las necesidades emocionales de estos pacientes. Para ello será básico:
1)    crear un ambiente relajado para que puedan expresar sus preocupaciones
2)    escuchar atentamente. No basta con oír la conversación
3)    prestar atención al lenguaje no verbal. A veces aporta mucha más información sobre cuál es su estado de ánimo real que las palabras que emite
4)    tratar de ofrecer otros puntos de vista a los problemas. Muchas veces cuando se está obsesionado con un problema no se ven otras soluciones posibles hasta que un tercero nos abre los ojos.

Seguro que con todo ello haremos algo más llevadera la enfermedad para las personas con insuficiencia renal crónica.









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