jueves, 25 de octubre de 2012

La poliquistosis renal




Una de las causas que pueden producir insuficiencia renal es la enfermedad poliquística. En esta enfermedad, que suele ser hereditaria, se producen cavidades en el interior de los riñones (quistes) que en caso de ser muy numerosas acaban por convertirlos en unos órganos llenos de cavidades ( como si fuese una colmena de abejas).
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¿ Por qué se produce la enfermedad?

 

Su causa suele ser hereditaria. La frecuencia oscila en torno a 1 de cada 1000 nacidos vivos, lo cual constituye una cifra nada despreciable, lo cual indica el hecho de que nos encontramos ante una enfermedad no infrecuente. Se considera la patología renal hereditaria más frecuente.
Las probabilidades de que un hijo de una persona afectada por la enfermedad la padezca son de un 50%, con lo cual habrá que estudiar a estos niños por el riesgo de desarrollar los quistes, aunque se suelen empezar a manifestar a partir de la adolescencia o juventud.


 

¿ Qué síntomas suele dar?

 
La enfermedad suele avanzar con la edad, por lo que cuando da síntomas suele ser en personas mayores. En primer lugar, si la cantidad de quistes empieza a ser importante, el riñón se llena de cavidades huecas que no realizan ninguna función y va desapareciendo el tejido encargado de depurar la sangre, con lo que al final puede irse desencadenando una insuficiencia renal progresiva. Es como sí tuviéramos una manzana y ésta empezase a ser perforada por multitud de gusanos. Al final, la manzana se estropea y se encuentra totalmente hueca por dentro.
 

 


 
Al mismo tiempo,los propios quistes pueden dar síntomas. Si crecen mucho, pueden producir dolor (al comprimir tejidos vecinos). Además, pueden romperse y desencadenar sangrado en la orina, aunque generalmente no requieren ningún tratamiento más que beber abundante líquido para intentar aclararla . En caso de que el sangrado persista o sea muy intenso se deberá acudir al especialista (urólogo) o al servicio de urgencias hospitalaria.

 



 
 
Otra complicación que puede producirse es la infección de algún quiste. Se trata con antibióticos, al igual que cualquier infección urinaria y, habitualmente no presentan mayores complicaciones, aunque las personas con enfermedad poliquística tienen una mayor tendencia a presenta infecciones que la población general.

Además, hasta un 60% de los casos, los quistes aparecen también en el hígado, si bien, aquí es excepcional que se produzca afectación del funcionamiento de este órgano, aunque si crecen mucho pueden producir molestias abdominales. Tampoco es infrecuente la infección de los mismos.

 

¿ Qué se puede hacer para evitar la progresión de la enfermedad?

 

Conforme el número de quistes y el tamaño de los mismos van creciendo, es frecuente que se produzca elevación de la tensión arterial, lo cual va a contribuir a dañar aún más a los riñones. Por tanto, será fundamental controlar la presión arterial con el fin de evitar la progresión de la insuficiencia renal,para lo cual deberán realizarse medidas generales  y a menudo toma de medicamentos hipotensores
Igualmente, en el caso de presentar infección de quiste es importante una adecuado tratamiento antibiótico y ante la presencia de una sangrado beber abundantemente líquidos.
En el caso de hijos de padres afectados por esta enfermedad será importante un seguimiento adecuado realizando ecografías periódicamente,ya que el riesgo de que desarrollen esta enfermedad en un futuro no es nada despreciable.

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 18 de octubre de 2012

Noticia de prensa: la diálisis peritoneal es hasta 20000 euros más barata al año que la hemodiálisis en centro hospitalario


 

El pasado 13 de Octubre se publicaba una noticia en el suplemento de salud del diario La Razón, donde se comparaban  los costes del tratamiento sustitutivo de la insuficiencia renal mediante hemodiálisis  y diálisis peritoneal . Así, los gastos anuales por paciente en hemodiálisis rondarían los 30000-40000 euros, mientras que para la diálisis peritoneal serían entre 21000 y 25000 euros.
 
El periodista se pregunta en el artículo, ¿ si es más barata por qué en España sólo utilizan la  peritoneal el 15% de los pacientes con insuficiencia renal que precisan diálisis, cuando además proporciona una mayor independencia? Las causas a este hecho que se citan son varias, pero en mi opinión la más importante es la falta de información adecuada al paciente en el momento de optar por una u otra técnica. Y sin una buena información, no se puede tomar una buena decisión, con lo que la mayoría de los enfermos deciden ir a la hemodiálisis "convencional", ya que " eso que me han dicho de hacérmelo en casa me parece un lío". Sin embargo, frecuentemente no se informa a la persona que con diálisis peritoneal la pérdida de funcionamiento de sus riñones es mucho más progresiva que con la hemodiálisis o que la independencia para realizar sus actividades cotidianas va a ser mayor, datos que seguro haría replantearse a más de una persona su decisión inicial sobre el tipo de técnica a la que someterse para depurar su sangre.

Sin embargo, todas las personas no pueden optar por diálisis peritoneal, ya que hay casos, como se menciona en el artículo, en que algún problema en el peritoneo invalida esta opción.

 

Finalmente, una matización. En  el artículo  se menciona un dato que no es del todo correcto ya que se afirma que parte de la diferencia de coste viene dada por el gasto de medicamentos como la eritropoyetina ( EPO) y los fármacos que se usan para controlar el hiperparatiroidismo, ya que sólo se administran en hemodiálisis. Ésto no es así, ya que en ambas técnicas se administran los mismos fármacos, variando la vía de administración siendo intravenosa ( por vena) en hemodiálisis y oral o subcutánea ( inyección debajo de la piel) en el caso de la diálisis peritoneal.
 

 

 

 

jueves, 11 de octubre de 2012

La diabetes y la enfermedad renal crónica




 

La diabetes mellitus (más conocida simplemente como diabetes) es una enfermedad que afecta al funcionamiento del páncreas, de tal modo que éste no puede producir adecuadamente insulina, hormona que se encarga de controlar los niveles de azúcar en sangre. Así, en una persona sana, ante una sobrecarga de glucosa  (por ejemplo tras haber comido un trozo de tarta), el organismo inmediatamente empezará a producir grandes cantidades de insulina para normalizar los niveles en sangre de azúcar, permitiendo que entre en el interior de las células y transformando la glucosa en una sustancia de reserva llamada glucógeno. Es, en cierto modo como si a una persona cada vez que llega a fin de mes y cobra su sueldo, lo depositase  en el banco por si hiciera falta echar mano de ello y siguiese con sus gastos al mismo ritmo de todos los días.
 


 

Sin embargo, en una persona diabética ante una sobrecarga de azúcar, no se produce adecuadamente insulina y por tanto los niveles de glucosa permanecen elevados dañando multitud de órganos de nuestro organismo (ojos, corazón, arterias, nervios, piel...).
Los riñones también se ven afectados por la presencia de  niveles incrementados de azúcar. De hecho, la principal causa de entrada en diálisis en nuestro país (y en general en todo el mundo occidental) es la diabetes, observándose un importante aumento en las últimas décadas. Es decir, parece como si cada vez hubiese más diabéticos y la afectación de los riñones por esta enfermedad fuese muy frecuente.

 

Pero, ¿cómo se produce el daño renal en esta enfermedad? Fundamentalmente por daño en el glomérulo, que, como comentamos en el capítulo de las glomerulonefritis, es el filtro donde el riñón depura las sustancias que desea eliminar y retiene las que le son útiles. Al final,  el efecto es que se escapan proteínas en la orina (proteinuria) y acaban dañando al resto de las estructuras del riñón. Finalmente, si se deja evolucionar sin tratamiento, el daño es tal que todo el órgano se convierte en una coraza dura, inservible, que no depura bien la sangre, produciendo  una insuficiencia renal avanzada que obliga a iniciar diálisis.
Por tanto, hemos visto como la proteinuria es un buen marcador del daño que están sufriendo esos riñones por la diabetes y todos nuestros esfuerzos irán a controlarla, ya que si ésto se logra las probabilidades de que la enfermedad renal progrese a fases avanzadas son menores.

 

¿Qué se puede hacer para frenar la evolución de la enfermedad renal provocada por diabetes?

 

Hay que tener en cuenta que cada persona es diferente y si bien, en unos casos la evolución será muy rápida, en otros casos la enfermedad puede permanecer estable durante años o décadas, aunque como hemos señalado anteriormente, la presencia de niveles elevados de proteinuria nos hará encender todas las alarmas. Además, el daño que tenga el riñón, no se va a recuperar aunque instauremos un adecuado tratamiento y nuestra misión será impedir que el deterioro progrese, de ahí que sea fundamental actuar en las fases iniciales de la enfermedad.

 

En cuanto a las medidas a instaurar, señalaremos las siguientes:

1)    En primer lugar, es fundamental un adecuado control de los niveles de azúcar en sangre, ya que  subidas muy importantes de azúcar producen un gran daño al riñón. En  este sentido es muy importante seguir una dieta adecuada de diabético, controlar periódicamente los niveles de azúcar en sangre e informar de ello al médico de Atención Primaria o Endocrino para que pueda ajustar adecuadamente la dosis de tratamiento (Insulina o antidiabéticos orales). ¡A veces cuesta, pero casi siempre se acaba encontrando la dosis que se ajusta a cada persona!
 
 
 

2)    El segundo pilar del tratamiento será el control de la tensión de arterial. Si al riñón que ya se encuentra dañado por los niveles elevados de glucosa en sangre, le añadimos además una tensión arterial muy elevada, los efectos se multiplicarán, con lo que la insuficiencia renal evolucionará más rápidamente. Es por ello que debemos aplicar todas las recomendaciones de las que ya hablamos en el capítulo de la hipertensión arterial  y tomar medicamentos si fuese necesario para normalizar sus valores.
 
 
 
 

3)    Existen algunos medicamentos de eficacia probada que consiguen disminuir la proteinuria y, por tanto, disminuir el daño que sufren los riñones por la diabetes. Además estos fármacos ayudan a controlar la tensión arterial por lo que, como comentábamos anteriormente nos ayudarán a evitar ese daño adicional que provocan las subidas de tensión. Se trata de medicamentos de 2 grupos: por un lado,  los conocidos como IECAs cuyos representantes más usados son: Enalapril, Captopril, Lisinopril, Perindopril, Quinapril y Fosinopril, y por otro lado los conocidos como antagonistas de los receptores de angiotensina 2 o ARA 2, siendo los más usados los siguientes: Candesartan, Eprosartan, Irbesartan, Losartan, Telmisartan, Olmesartan y Valsartan. Los efectos secundarios más frecuentes de estos fármacos son: bajadas de tensión, al administrarse a personas que previamente tuviesen una presión arterial normal tirando a baja, por lo que en estos casos habrá que iniciar el medicamento a dosis muy bajas.
 
 
 
      El otro efecto secundario relativamente frecuente es la subida de potasio, especialmente si hay asociada una insuficiencia renal avanzada. Se suele controlar con dieta, medicamentos como Resincalcio®  que se emplean para controlar los valores de potasio y, en casos extremos suspensión del tratamiento con dichos medicamentos.
 

 

 

 

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