Uno de los síntomas más desconocidos, pero no por ello menos
frecuente que pueden afectar a las persona afectadas de insuficiencia renal
crónica avanzada, es el síndrome de piernas inquietas. En muchas
ocasiones, debido a su desconocimiento, los síntomas no se tratan y pueden
llegar a ser realmente invalidantes, al producir ansiedad, trastornos del
sueño, cansancio durante el dia, y, en general, empeoramiento significativo de
la calidad de vida de la persona afectada por este síndrome. En las próximas
líneas hablaremos sobre en qué consiste y que tratamientos hay para
solucionarlo.
¿En qué consiste el síndrome de piernas inquietas?
Lo primero que hay que decir es que no se trata de una
situación exclusiva de las personas que acuden a diálisis, ya que se puede
presentar en personas sin insuficiencia renal, aunque es relativamente
frecuente en enfermedad renal crónica avanzada.
En general, dos son los síntomas principales en este
síndrome,
-
necesidad de mover las piernas, debido a sensaciones
molestas en la parte más baja de las mismas, en muchos casos referido como
calor, dolor, hormigueo o simplemente inquietud.. La única forma de mitigar o
aliviar esos síntoma es con el constante movimiento de las piernas
-
insomnio, provocado por el movimiento constante de las
piernas durante el sueño. En el caso de los enfermos en diálisis, suele ser más
frecuente el día que han acudido al hospital a dializarse, aunque no siempre es
así. Lo que suele ser prácticamente común es el empeoramiento de todos los
síntomas por la noche, con lo que la calidad del sueño suele ser muy mala
Al no poder descansar bien durante la noche, se entra en una
espiral de ansiedad, cansancio extremo, falta de energía y, en definitiva,
empeoramiento importante de la calidad de vida de la persona que lo sufre.
Causas del síndrome de piernas inquietas
En cuanto a la causa de este síndrome, se cree que es debido a la presencia de tóxicos que no se limpian del organismo en
situaciones de insuficiencia renal crónica avanzada, lo cual provoca el déficit de un
neurotransmisor llamado dopamina. Los neurotransmisores son unas
sustancias que intervienen en la transmisión de los impulsos eléctricos a
través de los nervios, Por ello, al no funcionar adecuadamente se producen en este casos esas
extrañas sensaciones que obligan al movimiento continuo de las piernas. Es,
como si en una instalación eléctrica tuviéramos constantemente una cable que
estuviera produciendo un cortocircuito.
¿Cómo se trata?
Una vez hemos conocido en qué consiste este síndrome, a
continuación veremos qué se puede hacer para corregirlo. El primer paso, será
siempre aplicar medidas no farmacológicas, es decir, medidas sencillas, pero
que pueden contribuir a mejorar los síntomas y la calidad del sueño. Entre
estas medidas están:
evitar consumir
cafeína, excitantes y alcohol, especialmente en las últimas horas
de la tarde y justo antes de acostarnos
-evitar cenas copiosas.
Todos hemos sentido como después de una cena demasiado abundante es más difícil
conciliar el sueño y estamos más intranquilos. Si además hemos bebido algo de
alcohol, los efectos se multiplican.
-realizar ejercicio
físico durante el día de forma regular, preferentemente aeróbico ( correr,
nadar, andar, montar en bicicleta), pero no justo antes de ir a la cama, ya que
eso nos activaría y dificultaría conciliar el sueño
- dejar de fumar, y
por supuesto, no consumir drogas de ningún tipo.
- podria ser útil recibir masajes sobre las piernas
Cuando las medidas
anteriores no han funcionado, es necesario recurrir al empleo de medicamentos
para tratar de corregir los síntomas. Entre los más utilizados se encuentran:
-
Pramipexol,
aunque teóricamente no se podría usar en diálisis, a dosis muy bajas es bien
tolerado y muy eficaz en controlar los síntomas del síndrome de piernas
inquietas
-
Ropirinol, este
medicamento, al igual que el anterior es también muy eficaz en el manejo de
este síndrome. Al igual que en el caso anterior, debemos emplear dosis muy
bajas. Ambos medicamentos actúan sobre el metabolismo de la dopamina, sustancia
que estaba alterada, como vimos en el apartado anterior, en estos casos.
-
Antes de la
aparición de estos medicamentos se empleaba Clonacepam, sin embargo su eficacia
es mucho menor y a menudo produce sueño
-
Gabapentina es
otro fármaco que se ha empleado en estos casos, con eficacia
-
En casos de
ausencia de respuesta a ningún tratamiento se podría valorar el tratamiento con
opiáceos, si bien sus efectos secundarios son muy importantes.
Una cosa muy importante es saber identificar bien el
síndrome para poder poner un tratamiento adecuado, ya que en muchos casos
podemos pensar que se trata de un insomnio rebelde que no responde a ningún
medicamento. Por ello, es fundamental , comunicar bien qué nos pasa y qué
notamos, para que el personal de
diálisis que nos atiende pueda identificar si se trata de un síndrome de
piernas inquietas y poder así tratarlo de forma específica.