miércoles, 19 de febrero de 2014

El problema del fósforo en insuficiencia renal crónica




En una entrada anterior  ya hablamos sobre las causas que producen elevación de los niveles de fósforo en personas que presentan insuficiencia renal crónica avanzada y las consecuencias negativas de dicho incremento en el organismo. Asimismo, mencionábamos las herramientas que disponemos para normalizar los niveles, siendo éstas: una dieta adecuada, la toma de medicamentos que interfieren en la absorción intestinal de fósforo (quelantes) y en los casos en que la insuficiencia renal esté ya muy avanzada, una diálisis de alta eficiencia, es decir que elimine gran cantidad de fósforo del organismo. En esta entrada hablaremos de la primera de  estas medidas, la dieta.

Fósforo orgánico e inorgánico

En la dieta de cualquier persona el fósforo va a estar presente de dos  maneras, como fósforo orgánico e inorgánico. Hablaremos  brevemente de ellas, ya que tiene gran importancia a la hora de valorar los efectos negativos de su ingesta:
-   el fósforo orgánico, es aquel que está unido a proteínas, y es, por así decirlo "natural", ya que sus fuentes son las proteínas de origen vegetal y animal. Es decir, es el fósforo que se encuentra en la naturaleza, por ejemplo en un vaso de leche, un salmón a la plancha o un filete de ternera (eso sí, fresco de la carnicería).
   Las ventajas de este tipo de fósforo son que su absorción por el intestino es en torno al 40-60 %, por lo     que no toda la cantidad  que entra al tubo digestivo pasará luego a la sangre. Además aporta gran cantidad   de proteínas, que son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, y que en caso de carencia   producirán desnutrición. 



-   distinto es el caso del fósforo inorgánico. Se encuentra en forma de sales, como por ejemplo ácido fosfórico, glutamatos (ver el siguiente enlace donde se recogen las principales fuentes de fósforo inorgánico en los alimentos) y se utiliza como aditivos que se añade a los alimentos (carne envasada, bollería, comida preparada, cereales...). Es, por tanto, una fuente no natural de fósforo, y además la absorción intestinal de este tipo de fósforo es cercana al 100%, con lo cual será mucho más peligroso ingerir 100 mg de fósforo inorgánico que de orgánico, ya que en el primer caso la totalidad pasará a la sangre, mientras que en el segundo caso tan sólo entrarán 40-60 mg al organismo, además de una gran cantidad de proteínas beneficiosas para nuestro cuerpo.



El índice fósforo/proteínas

Es frecuente que  se proporcionen a las personas que acuden a dializase dietas muy restrictivas para intentar normalizar los niveles de fósforo, dado los efectos negativos que tiene su elevación mantenida. Sin embargo, muchas veces lo que sucede es que se restringen también las proteínas y la persona acaba teniendo desequilibrios nutricionales que desencadenan una malnutrición proteica.
Por ello, se ha popularizado en los últimos tiempos, el índice fósforo/ proteínas, que no es más que dividir la cantidad de fósforo que lleva un alimento (mg) por las proteínas que aporta (gr). Lógicamente, interesan valores lo más bajo posible, considerándose aceptables valores inferiores a 14-16.
El pasado año 2013 se publicó en la revista Nefrologia una magnífica revisión del Hospital La Princesa (Madrid), donde se analizaban gran cantidad de alimentos de uso cotidiano con su contenido de fósforo, sodio, potasio y el índice fósforo/ proteínas. Hay que señalar que no se analizaron los aditivos añadidos a los productos envasados o preparados, por lo que en estos casos habría que añadir el fósforo inorgánico que aportan dichos alimentos. A pesar de esta limitación el artículo y las tablas que contiene pueden ser  muy útiles para las personas que padezcan insuficiencia renal crónica,  a la hora  de elegir que alimentos comer. Se puede consultar en el siguiente enlace 





El problema de los aditivos

Más problemático resulta el aporte de fósforo inorgánico de muchas comidas preparadas y envasadas. El Dr. Jaime Uribarri, del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (una de las máximos  expertos  a nivel mundial en el tema del fósforo)  ya ha alertado en varios artículos  sobre el peligro que constituyen esos alimentos, ya que se desconoce la cantidad de fósforo que aportan al no estar obligados los fabricantes a especificar la cantidad de aditivo que contienen. Además, según hemos visto anteriormente su absorción intestinal es cercana al 100%, con lo cual, todo el aditivo que comamos va a pasar directamente a nuestro organismo, aportando, asimismo, muy pocas proteínas. 



Como ejemplo de lo que hemos comentado previamente, el año pasado se publicó en la revista  Nefrología un estudio realizado en Aragón donde se comparaba el índice fósforo/proteínas de varios productos frescos frente a otros procesados y envasados. Llama la atención que en el caso de carnes frescas el índice era de 8,41 frente a 15,83 en el caso de envasadas. En el caso del pescado fresco blanco el valor era de 8,58 frente al rebozado que era de 12,54. La elevación en todos los casos se producía al añadir aditivos que elevaban los niveles de fósforo. El artículo completo, con tablas muy interesantes de productos reales de supermercado, se puede consultar en el siguiente enlace.
Llama la atención, la falta de regulación en este sentido. ¿Por qué no se obliga a las compañías productoras a especificar la cantidad de fósforo que contiene un producto? Creo que es útil saber la cantidad de grasas, calorías, y azúcares que contiene un alimento para las personas que están realizando una dieta, pero, ¿alguien ha pensado en los enfermos renales y la dificultades que presentan para llevar una dieta razonable? ¿Por qué no les hacemos la vida más fácil y se incluye el contenido de fósforo exacto que contiene un producto? Son preguntas sin respuesta.





Consejos finales

Como consejos para una persona que padezca una insuficiencia renal crónica:

-   evitar alimentos con muy alto contenido de fósforo. La cantidad ingerida al día no debe exceder los 1200 mg. Puede ser útil consultar tablas.
- Evitar productos de alto índice fósforo-proteínas.  
-   No consumir precocinados, envasados, enlatados, que llevan aditivos de fósforo inorgánico. Siempre que se pueda comprar carne, pescado y hortalizas frescas.
-   Evitar bebidas de cola, que contienen glutamato en proporción desconocida, fuente de fósforo inorgánico.



-   Mirar los etiquetados de los productos y en caso de que contengan alguno de los siguientes aditivos , evitar su consumo dado el alto contenido fosfórico.
-   Puede ser de utilidad el blog de David Pino, con multitud de recetas para personas con insuficiencia renal crónica. Recomiendo su visita pinchando en el siguiente enlace. Además, hay una entrada muy interesante con consejos para evitar alimentos con alto contenido en fósforo, que se puede consultar pinchando aquí. 


Y, hago desde aquí un llamamiento a Sociedades científicas de Nefrología, así como a asociaciones de pacientes renales para que lancen campañas en favor de un mejor etiquetado de los productos alimenticios, donde se especifique claramente la cantidad de fósforo que contienen. Seguro que a muchas personas con insuficiencia renal se les haría la vida más fácil.   

sábado, 15 de febrero de 2014

Comer por un riñón: un blog muy interesante de David Pino

Navegando por la red me he encontrado recientemente con un agradable descubrimiento. Es el blog Comer por un riñón, cuyo autor es David Pino. En el blog hay varias partes, por un lado describe sus sensaciones, sentimientos, alegrías, problemas...como persona con enfermedad renal, cuya lectura para cualquiera que padezca una situación similar siempre es muy útil, ya que en los momentos de dificultades, bajo ánimo, decaimiento (que desgraciadamente en una enfermedad crónica siempre hay) el leer que otra persona ha pasado por lo mismo o algo parecido y ha podido superar esos problemas, es una de las mayores ayudas para poder vencer esas dificultades. 


Por otro lado, en las entradas del blog hay una estupenda revisión de la dieta en las personas con enfermedad renal con multitud de recetas y, lo más importante, con el contenido de fósforo, sodio y potasio que proporcionan dichos alimentos (el verdadero caballo de batalla para los pacientes con insuficiencia renal y sus familiares).

Por último, en el blog hay una revisión de muchos conceptos ligados a estas enfermedades (en su última entrada, por ejemplo, la uremia). Las revisiones, así como en general todo el blog, están hechos con mucha rigurosidad, ya que David ha leído y traducido multitud de artículos de las más prestigiosas publicaciones internacionales. Dado que por internet circula tanta información sin contrastar, poco rigurosa, con medias verdades cuando no totalmente falsas, es de agradecer un blog como éste. 
Por todo ello la International Society of Nephrology le ha solicitado que escriba varios post en su blog. ¡Enhorabuena, David!, sólo me queda recomendar a las personas con enfermedad renal la visita de tu blog, lo cual se puede realizar pinchando aquí. 

viernes, 7 de febrero de 2014

¿Por qué hay que meter un bastoncillo en la nariz de las personas que acuden a diálisis?


El título de esta entrada puede parecer un poco extraño a priori, pero en ella vamos a hablar de esta práctica, tan extraña en principio, como es introducir de manera periódica un bastoncillo en la nariz de las personas que se dializan. Hay que decir, antes de nada, que es una prueba nada dolorosa, y que suele acompañarse también de la toma de muestras de las axilas e ingles de los enfermos.


Un visitante nada recomendable

El motivo por el que se realiza dicho procedimiento es identificar a las personas que tienen en sus fosas nasales una bacteria llamada  Staphylococcus aureus. Hay que decir, que no pasa nada por tener dicho germen en nuestra nariz, de hecho gran cantidad de la población general (que no se dializa) son portadores de Staphylococcus aureus, sin que tengan ninguna infección.

El problema aparece cuando esa bacteria penetra en el interior del organismo. Como decíamos anteriormente, mucha gente tiene ese microbio en el interior de su nariz o en la piel, sin que nunca de problemas. Pero, si nos hacemos una herida profunda y ésta se contamina con Staphylococcus aureus, la infección que desencadena puede ser importante. Y, más aún, si las bacterias penetran a la sangre y se extienden por otros lugares del organismo, lo cual puede ocasionar una situación muy grave.

A este visitante no le queremos en diálisis
Volvamos ahora a la persona de diálisis que tiene Staphylococcus aureus en su nariz. En principio, no tiene porque dar problemas, pero ¿y si las bacterias pasan de la nariz al catéter o a la fístula, por ejemplo por un estornudo? O, ¿si las bacterias se encuentran en la ingle o axilas y pasan por cercanía al catéter que está colocado en dichas zonas?


Evidentemente la situación puede ser muy grave, ya que los gérmenes entrarían directamente a la sangre y de ahí pueden extenderse por todo el organismo ocasionando un cuadro clínico peligroso, que se conoce como sepsis.



Más vale prevenir...

Como hemos visto en el apartado anterior al tener las personas de diálisis una comunicación de la sangre con el exterior y, por tanto, una vía de entrada directa de microbios al interior, hay que tener una serie de precauciones para evitar estas infecciones severas:
-  en primer lugar, siempre al conectar y desconectar de la máquina de diálisis (cuando se pincha o se retiran  las agujas de la fístula o se abre o cierra el catéter) tanto el paciente como la enfermera tienen que llevar mascarilla (¡imaginémonos qué puede pasar si estornudamos encima de la fístula!) y poner un paño verde estéril (por si la ropa de las sábanas o del enfermo está contaminada). 
-   En personas que sean portadoras en la nariz de Staphylococcus aureus es eficaz administrar una pomada de un antibiótico llamado Mupirocina. Igualmente para las ingles y axilas es eficaz lavarse con una solución llamada Clorhexidina.


-  Si se consigue eliminar la bacteria de la nariz, axilas e ingles, habremos quitado un foco posible de infección, pero en esa persona habrá que seguir haciendo controles periódicamente (con el bastoncillo) para comprobar que el germen no reaparece.
-   Si tras varios ciclos de pomada no hemos conseguido eliminar el microbio, no pasa nada, no quiere  decir que esa persona vaya a tener infección por Staphylococcus aureus irremediablemente. Lo único que habrá que hacer es  ser mucho más estricto en las medidas de prevención (mascarillas, paños estériles) y, vigilar mucho más estrechamente la fístula o el catéter, para identificar cualquier mínimo indicio de infección.


Y, es que, aunque resulte un tópico, no por ello es menos cierto, que más vale prevenir que curar. 

Entradas populares