El título de
esta entrada puede parecer un poco extraño a priori, pero en ella vamos a
hablar de esta práctica, tan extraña en principio, como es introducir de manera periódica un
bastoncillo en la nariz de las personas que se dializan. Hay que decir, antes
de nada, que es una prueba nada dolorosa, y que suele acompañarse
también de la toma de muestras de las axilas e ingles de los enfermos.
Un
visitante nada recomendable
El motivo
por el que se realiza dicho procedimiento es identificar a las personas que
tienen en sus fosas nasales una bacteria llamada Staphylococcus aureus. Hay que decir, que no
pasa nada por tener dicho germen en nuestra nariz, de hecho gran cantidad de
la población general (que no se dializa) son portadores de Staphylococcus
aureus, sin que tengan ninguna infección.
El
problema aparece cuando esa bacteria penetra en el interior del organismo. Como
decíamos anteriormente, mucha gente tiene ese microbio en el interior de
su nariz o en la piel, sin que nunca de problemas. Pero, si nos hacemos una
herida profunda y ésta se contamina con Staphylococcus aureus, la infección que
desencadena puede ser importante. Y, más aún, si las bacterias penetran a
la sangre y se extienden por otros lugares del organismo, lo cual puede ocasionar una
situación muy grave.
A este
visitante no le queremos en diálisis
Volvamos
ahora a la persona de diálisis que tiene Staphylococcus aureus en su nariz. En principio, no
tiene porque dar problemas, pero ¿y si las bacterias pasan de la
nariz al catéter o a la fístula, por ejemplo por un estornudo? O, ¿si las bacterias se
encuentran en la ingle o axilas y pasan por cercanía al catéter que
está colocado en dichas zonas?
Evidentemente
la situación puede ser muy grave, ya que los gérmenes entrarían
directamente a la sangre y de ahí pueden extenderse por todo el
organismo ocasionando un cuadro clínico peligroso, que se conoce como sepsis.
Más vale prevenir...
Como hemos
visto en el apartado anterior al tener las personas de diálisis una
comunicación de la sangre con el exterior y, por tanto, una vía de
entrada directa de microbios al interior, hay que tener una serie de
precauciones para evitar estas infecciones severas:
- en primer lugar, siempre al
conectar y desconectar de la máquina de diálisis (cuando se pincha o se retiran las agujas
de la fístula o se abre o cierra el catéter) tanto el paciente como la
enfermera tienen que llevar mascarilla (¡imaginémonos qué puede
pasar si estornudamos encima de la fístula!) y poner un paño verde
estéril (por si la ropa de las sábanas o del enfermo está contaminada).
- En personas que sean portadoras
en la nariz de Staphylococcus aureus es eficaz administrar una pomada de
un antibiótico llamado Mupirocina. Igualmente para las ingles y axilas es eficaz
lavarse con una solución llamada Clorhexidina.
- Si se consigue eliminar la
bacteria de la nariz, axilas e ingles, habremos quitado un foco posible de
infección, pero en esa persona habrá que seguir haciendo controles
periódicamente (con el bastoncillo) para comprobar que el germen no reaparece.
- Si tras varios ciclos de pomada
no hemos conseguido eliminar el microbio, no pasa nada, no quiere decir que esa persona vaya a tener infección por
Staphylococcus aureus irremediablemente. Lo único que habrá que
hacer es ser mucho más
estricto en las medidas de prevención (mascarillas, paños
estériles) y, vigilar mucho más estrechamente la fístula
o el catéter, para identificar cualquier mínimo indicio de infección.
Y, es que,
aunque resulte un tópico, no por ello es menos cierto, que más
vale prevenir que curar.
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