A comienzos de marzo ha tenido lugar en Albacete el congreso nacional de diálisis peritoneal y hemodiálisis domiciliaria. La conclusión más importante de dicho evento ha sido impulsar el tratamiento con hemodiálisis en casa en aquellos enfermos de riñón en los que sea posible. Ya habíamos hablado sobre ello en una anterior entrada de marzo de 2017 en este blog, pero actualizamos la información dado los avances que ha habido en los últimos años
Ventajas de hemodiálisis domiciliaria
En primer lugar, la comodidad de hacerlo en casa, evitando desplazamientos al centro de diálisis. En grandes ciudades puede no ser un problema, pero en provincias de poblamiento disperso, el ahorro de tiempo puede ser muy importante. Además, en muchos casos puede compatibilizarse con un horario laboral, organizándonos cuándo dializarnos, lo cual es mucho más difícil en un centro de diálisis convencional.
Al hacerse en casa, la sensación de control sobre la propia enfermedad es mayor y suele repercutir en una mejoría del estado de ánimo. Si ya de por sí es duro tener que afrontar una insuficiencia renal avanzada y el tener que ir cada 48 horas a diálisis el hacerlo en casa contribuye a mitigar el shock que supone la nueva situación. El estar acompañado de familiares, seres queridos... mientras se realiza diálisis lo hace mucho más llevadero.
Una última ventaja, y muy importante, es el hecho que se suelen tener mejores resultados clínicos en los enfermos que se hacen hemodiálisis domiciliaria frente a los que acuden a hospital o centro de diálisis, con un coste menor. La explicación es que en muchos casos se opta por una modalidad de diálisis corta pero varios días a la semana ( por ejemplo 2 horas 30 minutos 5 días a la semana), con lo cual al limpiarse la sangre de forma más frecuente (y más parecida al riñón funcionante) mejora la tensión arterial, el potasio, el fósforo, la anemia, la nutrición...y en general el estado de salud de la persona.
Inconvenientes de la diálisis domiciliaria
Como no todo son ventajas, hay que conocer que esta técnica también tiene una serie de requisitos y posibles inconvenientes para su realización:
- se precisa de un lugar para dejar el material de diálisis, la máquina (aunque no es muy grande) y se precisa una toma de agua. En algunos casos habrá que hacer una pequeña obra o situarse cerca de la llegada de agua. En personas que vivan en pisos muy pequeños, puede ser un problema.
- además, siempre es necesario que haya una persona acompañante que sepa reaccionar ante un posible imprevisto (raro, pero posible), como un mareo, malestar... Se suele realizar una formación adecuada y hay siempre una línea telefónica para contactar con un profesional, pero en el caso de enfermos que viven solos o con acompañantes que no puedan atender a la persona que se dializa en caso de complicación, no sería posible llevar a cabo esta técnica.
-por último, hay que tener en cuenta que si no se llevan a cabo las medidas de asepsia e higiene adecuada las infecciones de fístula o de catéter pueden ser más frecuentes, y potencialmente más graves, con lo que en aquellos domicilios donde no se pueden cumplir estas normas, es mejor no implantar esta técnica.
Para quién sí
Como resumen de lo anterior, ¿para quién estaría indicada esta técnica?
Serían personas con:
-apoyo familiar.
-domicilio de suficiente tamaño.
-que pasen diálisis buenas, sin mareos, calambres, nauseas.
-sin problemas de salud graves que imposibiliten este tratamiento: problemas cardiacos serios (arritmias, anginas de pecho), problemas circulatorios, respiratorios...
-con fistula o catéter que funcione bien y sin infecciones.
-motivadas, tanto ellos como su familia.
-rigurosas y serias en el tratamiento: No sirve decir hoy no me quiero dializar aunque me toque.
Con todo ello, es bueno conocerlo, saber que cada vez se ofrece más en los distintos hospitales de nuestro país y si se ajusta al perfil del enfermo renal contemplarlo como una posibilidad más.