sábado, 28 de enero de 2012

sobre la tensión arterial y su automedida

En la tercera entrada de este blog, aquella en la que hacía referencia a la importancia del control de los líquidos y la sal en diálisis, ya mencioné el tema de la tensión arterial. Hoy quiero profundizar un poco en ello, pero sin restringirlo a la insuficiencia renal.
Como señalaba entonces, la tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre la pared de las arterias. En condiciones normales este valor (que se mide en mmHg) oscila en torno a 100-130  en el caso de la tensión máxima o sistólica (aquella situación en la que el corazón bombea la sangre con más fuerza) y 70-85 para la tensión arterial diastólica o mínima (en el momento en que el corazón no está impulsando sangre). Por encima de 140 mmHg de sistólica o 90 mmHg de diastólica hablaríamos de hipertensión arterial.
Las consecuencias de esta elevación puden ser serias. En primer lugar, la bomba (el corazón) tiene que trabajar más para mover la sangre a más presión, con lo que crece de tamaño (técnicamente se hipertrofia). En los riñones, que recordemos son como unos filtros, al llegar la sangre con más fuerza pueden sufrir daños y poco a poco dejar de realizar su función (llevando a una insuficiencia renal progresiva). Por otro lado, en las arterias, que podemos imaginarlas como unas tuberías, al estar sometidas a gran presión, pueden romperse, produciendo sangrados en retina, cerebro (ictus hemorrágico) y otros órganos de nuestro cuerpo. Además, en la pared de las grandes arterias, se pueden formar deformaciones en forma de saco (aneurismas), que pueden llegar a romperse provocando consecuencias muy graves. Igualmente, el riesgo de un infarto de miocardio es elevado, especialmente si están presentes otros factores de riesgo cardiovascular como el tabaco, colesterol alto, sobrepeso o diabetes.
Sin embargo, es muy frecuente que los pacientes hipertensos desconozcan que lo son, ya que esta situación no suele dar síntomas. Sólo en casos de grandes elevaciones  (crisis hiprtensivas), las personas presentan una clínica muy llamativa (dolor de cabeza muy intenso, nauseas, vómitos, alteraciones en la visión, mareo...) Si la subida de tensión no es muy elevada, la persona podría notar solamente dolor de cabeza, pero hay tantas causas que provocan cefalea, que salvo que ésta fuese muy continua y persistente, es probable que no se le haga demasiado caso.
Por ello, es importante la medida de la tensión arterial, al tratarse de una enfermedad potencialmente seria y con pocos síntomas en los grados leve-moderados. Pero, ¿sirve caulquier medida?, ¿tenemos siempre la misma tensión? Evidentemente no. Pensemos en la situación de ir a una consulta médica. Para algunas personas es una actividad estresante. Si encima nos toca esperar un rato y tenemos prisa porque tenemos que hacer otras actividades nos empezaremos a poner nerviosos. Además, si tenemos al lado una persona que nos empiza a contar de sus problemas,cuando entremos a la consulta y nos tomen la tensión es muy probable que tengamos valores elevados. ¿Qué hacemos? ¿Somos hipertensos?
Es ésta una situación frecuente, la llamada hipertensión de bata blanca o de alerta (sobre la que hablaré en próximas entradas), evidentemente habría que confirmar si esta elevación es transitoria o mantenida, para lo cual se podría repetir la medida varios día en la consulta (pero en caso de que la persona viva como una situación estresante acudir al hospital o centro de salud, seguiríamos sin salir de dudas), colocar un aparato que mida la tensión durante 24 horas (llamado Holter de tensión arterial o MAPA, se considera la prueba definitiva para saber si alguien es hipertenso aunque muchas veces no está disponible) u optar por la automedida de la presión arterial (AMPA), que consiste en que la persona se realice diferentes tomas de tensión y acuda con ellas a su profesional sanitario con el fin de valorar si precisa iniciar tratamiento o en caso de que ya lo tuviera, aumentar dosis. Es un método diagnóstico casi tan concluyente como el MAPA de 24 horas, aunque  tiene la limitación de la falta de tomas nocturnas.
Ahora bien, ¿cómo debemos tomarnos la tensión? Es muy importante, ya que de ello dependerá  que el valor que obtengamos sea realmente representativo de nuestra situación real o no. Veamos los siguientes vídeos sobre modelos automáticos y semiautomáticos:




Y, ya que sabemos cómo se mide, si tenemos que hacer una inversión para conseguir un tensiómetro, ¿cual compramos? En principio, no recomiendo, los tensiómetros de muñeca, ya que no son muy fiables. Siempre se preferirá un aparato de brazo semiautomático o automático (como los de los vídeos anteriores), si bien en el mercado existen infinidad de modelos. Puede ser útil visitar la web del dr. O'Brien, donde se presentan aparatos que han sido validados para su uso clínico  http://www.dableducational.org/  o, la página de la Sociedad Española de Hipertensión, donde igualmente se reflejan aquellos tensiometros, cuya fiabilidad ha sido comprobada por diferentes sociedades internacionales  www.sehlelha.org/SEHAmpa.aspx


                                                              

viernes, 27 de enero de 2012

la importancia de la comunicación y la empatía en las relaciones sanitarias

Daniel Goleman, psicólogo y autor de libros de gran éxito como Inteligencia Social e Inteligencia Emocional entre otros http://danielgoleman.info/, comentaba en uno de ellos la sensación que experimentó cuando al acudir a una consulta de Urología, le indicaron la necesidad de realizarse de una biopsia de próstata. Desde ese momento, según relata, su mente se bloqueó totalmente mientras su interlocutor, el médico, continuaba hablando  sin levantar siquiera la mirada para tratar de evaluar las respuestas de la persona a la que se estaba dirigiendo, de tal manera que al salir de la consulta no sabía en que consitía la información que le había transmitido el urólogo.
Esta situación no es nada infrecuente. En efecto, a veces al acudir a un profesional sanitario se puede tener la sensación de que " no me escuchan", o de que a la persona a la que le estoy hablando " no le interesa nada lo que me pasa ". No es extraño acudir a la consulta de un médico, y que éste se limite a exponer de mala gana y con pocas e ininteligibles palabras las pruebas a realizar para diagnosticar una posible enfermedad, sintiéndose, además,  molesto si nos atrevemos a realizar algunas preguntas sobre nuestra enfermedad. Algunos vídeos de youtube que ilustran esta situación

 Afortunadamente, ésta no es una situación generalizada en todas las relaciones sanitarias, ya que hay profesionales muy empáticos. Y aquí ya ha salido la palabra clave, en mi opinión, en toda relación sanitaria, la empatía. Sin ella, es imposible realizar una buena asistencia, es decir dicho en otras palabras, no podemos ayudar a curar alguien sino mostramos interés por esa persona. La empatía no consiste en sentir lo mismo que el otro, evidentemente si a mí me duele el estómago y a la otra persona no, no podrá experimentar la misma sensación de dolor que yo. Pero,  podrá empatizar conmigo, si muestra interés por mi dolor, preguntándome cómo me encuentro, si puede hacer algo por mí....es decir en otras palabras, preocupándose por cómo está la otra persona. Seguramente el dolor persistirá, pero la sensación de que " a alguien le importa cómo me siento" cambiará la percepción del mismo haciéndolo más llevadero. Veamos el siguiente vídeo cómo ejemplo de ésta otra situación

En el caso de las enfermedades crónicas, como la insuficiencia renal, la comunicación y el saber escuchar, en definitiva tratar de empatizar adquiere mayor relavancia. Estamos hablando de personas con enfermedades a menudo de largo recorrido, con disminución en la calidad de vida, y en bastantes ocasiones, incurables. ¿ Cómo no vamos a escucharles cuando nos cuentan que se han acatarrado, les duele la cabeza, están deprimidos o comen mal? Escucharles y tratar de ayudarles a encontrarse mejor no sólo con pastillas sino también con compresión e interés. Son éstas, en mi opinión, herramientas muy eficaces para ayudar a restituir la salud de una persona en la medida de lo posible. Desterremos, por tanto, del mundo sanitario pensamientos como el que me decían cuando era residente " no dejes que hablen los enfermos, córtales bruscamente cuando te cuenten algo que no te interese", o aquel otro profesor que en primer curso de facultad nos decía: " a partir de ahora vais a estar en el otro lado, ya no en el de los enfermos, sino en el de los que tienen el poder en esta relación."

Para saber más sobre la empatía y sus relaciones neurológicas recomiendo los siguientes vídeos ( están en italiano, pero se entienden más o menos bien)
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domingo, 22 de enero de 2012

beber mucho líquido y diálisis: enemigos íntimos

Uno de los tópicos más extendidos sobre la enfermedad renal es que "si tienes mal los riñones hay que beber mucha agua". Ello es inexacto, e incluso en el caso de los pacientes en diálisis muy perjudicial. Para explicar el por qué, imaginemos nuestro cuerpo como un sistema de calefacción de gas  de una vivienda. Se trata de un sistema cerrado, con una bomba que mueve el circuito y un medidor de presión. En el oraganismo, el sistema de tuberías serían las arterias, y vasos de  pequeño calibre, la bomba es el corazón, y la presión del circuito sería la tensión arterial. ¿Qué pasa si añadimos varios litros de agua al circuito? La presión aumentará al haber más líquido encerrado en el mismo espacio y se activará una válvula de seguridad para eliminar el líquido que sobra al circuito. Pero, ¿y si no funciona el sistema de eliminación? la presión aumentará y el sistema puede romperse, además de que la bomba sufrirá una importante sobrecarga.
En el organismo pasa algo similar. Si los riñones no funcionan (sistema de eliminación), la sobrecarga de líquido se traducirá en aumento de presión (tensión arterial), sobrecarga de bomba (problemas cardiacos) y migración de líquido a lugares donde no debe estar: pulmones (edema pulmonar), tejidos periféricos (edema  o hinchazón de piernas, cara, manos...) En casos extermos, se trata de una situación muy grave ya que la persona se ahoga y hay que realizar una diálisis de urgencia.
De ahí que en las personas que se dializan y no orinan nada o muy poco el control del líquido ingerido deba ser muy estricto (ya que pasan casi tres días desde una diálisis a otra en el período más largo), recomendando una ingesta diaria total en torno a 700-900 cc/ día. Para evitar o minimizar la aparición de sed, es fundamental reducir o si se puede eliminar la toma de sal. Y ello, ¿por qué? Pensemos ahora en un vaso de leche al que he añadido una cucharada de azúcar antes de tomármelo: Sin embargo, por error, otra persona me ha echado de nuevo más azúcar y aquello está muy dulce,¿que hago para arreglarlo?, añadir de nuevo más leche hasta que la solución esté a una concentración óptima´. pues bien, en el organismo ante una sobrecarga de sal pasa algo parecido. Ya que  es el principal aporte de sodio al cuerpo, un aporte excesivo puede aumentar la concentración en la sangre, desencadenando la sed, ante lo cual se va a responder bebiendo agua que "diluya" el exceso de sodio y así volver a las concentraciones normales (entre 135-145 mEq/l). En una persona sin enfermedad renal se aumentaría el volumen de orina eliminando el exceso de agua y sodio (pensemos en la secuencia tras una comida muy salada), pero en pacientes en diálisis este mecanismo no funciona por lo que el exceso de sodio y agua retenido permanecería en el cuerpo hasta la siguiente sesión de diálisis en que se eliminaría, produciendo mientras tanto los efectos perjudiciales que hemos visto al comienzo de este testo (aumento de tensión arterial, sobrecarga cardiaca, edema de piernas, cara, brazo y en casos graves edema pulmonar). Por tanto, y a modo de resumen, el principal modo de evitar la sobrecarga de líquidos es reducir drásticamente el consumo de sal.

sábado, 21 de enero de 2012

Sobre diálisis...

Mi segunda entrada de este blog ( tras el inicial de bienvenida), no podía ser otro que sobre diálisis y más concretamente sobre hemodiálisis, ya que para los nefrólogos, es una de las principales causas ( sino la más importante ) de existencia de nuestra especialidad. Y bien, ¿ de qué estamos hablando cuando nos referimos a ello?. Seguramente, si algún paciente que se someta a esta técnica lee este blog, sabrá de sobra en que consiste este procedimiento, pero para las personas poco familiarizadas con este tema vamos a tratar de explicarlo brevemente.
Imaginemos el cuerpo humano como una gran ciudad, pongamos por ejemplo Madrid. En esta gran metrópoli existe un servicio de recogida de basura ( como todos conocemos) que diariamente se encarga de recoger todos los desperdicios generados en cada una de las viviendas y transportarlo hasta el basurero, dejando de esta manera limpia nuestra ciudad. Supongamos ahora que los riñones son los encargados en el organismo de realizar esa función, es decir, la limpieza y eliminación de los productos de desecho que nuestro cuerpo produce de manera continua . Recordemos, ahora algunas situaciones de huelga del personal de limpieza ocurridas años atras; ¿ consecuencia?, acumulación de toneladas de basura en las calles, el metro, plazas, parques y jardines....Pues bien, en nuestro cuerpo cuando no funcionan los riñones se produce el mismo efecto, es decir acumulación de sustancias tóxicas que no pueden ser eliminadas, siendo en este momento cuando hay que limpiarlo de manera artificial mediante la diálisis.


¿ Y cómo se realiza este procedimiento? Para ello, lo primero es contar con buen acceso vascular, es decir una vena de suficiente calibre como para ir extrayendo suficiente flujo de sangre; con lo que no nos sirve una vena periférica de brazo ( en las que nos realizan los análisis). Aunque en entradas posteriores hablaré más detenidamente del tema del acceso vascular sólo diré ahora que estas venas de gran calibre son femoral ( ingle) , yugular ( cuello), o más raramente subclavia ( debajo de la clavícula). En ellas, se inserta  un catéter  ( fijo, no de quita y pon en cada sesión de diálisis), donde al comenzar el tratamiento se conectarán unas líneas por donde irá circulando la sangre. Otra modalidad de accceso vascular es la fístula arterio-venosa, en la que se ha realizado previamente una pequeña operación para unir una arteria y vena del brazo, conviertiendo a ésta última en una vena de gran calibre, empleando una comparación  es como si desviaramos la mayoría del tráfico que circula por la M-30 por las calles del casco histórico. con lo que éstas irían mucho más congestionadas. Ésta nueva vena " arterializada" del brazo ya está preparada para la exrtracción de flujos elevados de sangre.

Un vez que ya tenemos la sangre fuera del cuerpo, sea de catéter o de fístula, ésta se mueve mediante una bomba y llega al dializador, donde realmente se limpia. Aquí, la sangre circula por una parte y el líquido de diálisis limpio por otra, separados por una membrana semipermeable, donde tiene lugar el paso de sutancias de desecho de la sangre al baño de diálisis y en sentido contrario se reponen las sustancias que necesitan ser repuestas en el organismo y que son regenerados a través del líquido que utilizamos como baño de diálisis, pudiendo ser modificada su concentración según cada caso. El proceso se desarrolla durante 4-4:30 horas un mínimo de 3 días a la semana. Al final, el organismo tiene que quedar casi tan limpio como este lago de los Alpes italianos

Y éste es básicamente el fundamento de la diálisis. Para más información remito a las siguientes páginas

Y algunos vídeos que circulan en youtube sobre hemodiálisis
http://www.youtube.com/watch?v=CPKgqVnhBLg&noredirect=1 ( conexión en el caso de una fístula)
http://www.youtube.com/watch?v=MWku5mH7Dlk ( conexión a catéter en cuello )

viernes, 20 de enero de 2012

¿ Por qué este blog?

Hola a todos y bienvenidos al blog Nefrología para todos. Los motivos por los que decido crear este blog son variados, en primer lugar para tratar de proporcionar información de la manera más comprensible a enfermos, familiares,conocidos o simplemente personas que quieran conocimientos básicos sobre la enfermedad renal, en particular relacionados con la hemodiálisis. Éste no va a ser un blog con datos muy técnicos, ininteligibles para la mayoría de los mortales ( aunque en ocasiones deje algún enlace para artículos de interés ), sino una herramienta que pueda ser de utilidad para personas con enfermedad renal que busquen algo de información sobre su enfermedad. El segundo motivo por el que inicio este blog es para reflexionar un poco sobre el aspecto humano de la asistencia sanitaria, así como determinados aspectos bioéticos, quizá un poco olvidados en determinadas ocasiones en las relaciones sanitarias. Espero que este blog sea de vuestro agrado y podamos entre todos contribuir a mejorar un poco la calidad de vida de las personas con enfermedad renal.

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