En una entrada previa de hace algún tiempo ya hemos hablado de las recomendaciones que deben tomar todas
las personas que se dialicen y que al marcharse de vacaciones deban acudir a otro
centro de diálisis. Hoy, sin embargo, hablaremos de
la realidad que se encuentran algunas personas al acudir a otro lugar de diálisis diferente al suyo, los conflictos que
pueden surgir y qué podemos hacer para evitarlos.
Conflictos en una nueva unidad
de diálisis
La realidad que me comentan
algunas personas al irse de vacaciones a otro centro diferente al suyo, es
que casi siempre les resulta mucho más cómodo dializarse en su lugar de referencia y,
salvo contadas ocasiones, refieren
indiferencia del lugar donde han estado. En muchas ocasiones, me comentan que
allí tienen alguna otra norma o
forma de actuar diferente a la que están acostumbrados y eso les extraña bastante. Igualmente los protocolos de
actuación suelen ser diferentes de unos
sitios a otros y ahí es donde radica una fuente
importante de conflictos. Los sanitarios de un centro tenemos una forma de
actuar determinada y el que venga una persona diciéndonos: a mi en el hospital X me cubrían el catéter de forma diferente, nos
molesta de forma inconsciente y a veces se acaba despreciando al transeúnte (palabra que, por cierto, no me gusta por las
connotaciones peyorativas que trae, pero se usa en las unidades de diálisis para referirse a la persona que está de vacaciones). Por otro lado, la persona
que se dializa, frecuentemente viene con una idea preconcebida de cómo debe ser el procedimiento, y cualquier
cambio sobre lo que tenía pensado, lo acepta mal, con
pensamientos del tipo: aquí
no tienen ni idea, en mi hospital sí que lo hacían bien
lo cual si lo verbaliza puede molestar extraordinariamente a la persona
que lo está atendiendo (como es lógico)
Un poco de tolerancia, por favor
Para evitar llegar a esta
situación, nada mejor que aplicar el respeto
y la tolerancia por las dos partes.
Por un lado, la persona que
acude a un centro de diálisis diferente al suyo debe
pensar que allí las normas de actuación pueden ser diferentes a su lugar de origen, ni mejor ni peor, simplemente distintas y que debe tratar de ser tolerante
con ello. Si además entramos en la sala de diálisis, el primer día, con una sonrisa seguro que todo irá mucho mejor.
Por parte del personal
sanitario, debemos tratar a la persona
que acude de vacaciones, igual que al resto, no como un transeúnte que vamos a ver sólo unos días. Debemos pensar que nadie mejor que él o ella conoce su enfermedad y leernos muy detenidamente los informes
que trae. Si nos comenta alguna recomendación, sobre por ejemplo, donde le pinchan la fístula, hacerle caso, y no querer imponer nuestro criterio a las
buenas. Me consta que en muchas unidades de diálisis, ésta es la actitud que se adopta,
pero debería ser algo generalizado a todas
ellas.
Hagamos entre todos un ambiente
más cordial donde las personas que
acuden a dializarse fuera de su centro, puedan realmente disfrutar de sus
vacaciones y no estar pendientes de cómo me recibirán en tal o cual centro de diálisis. Bastante tienen ya con su enfermedad
renal.
Hay protocolos establecidos estandarizados en la forma de preparar la mesa quirurgica en un paciente de dialisis. En algunos centros desconocen la palabra "asepsia" y brillan por su ausencia o por falta de conocimientos. Sólamente con este comportamiento, se esta demostrando la falta de respeto a los usuarios, aparte de no tener en cuenta, los riesgos que podria conllevar para ambas partes.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, "Respeto y Tolerancia" por ambas partes.
Totalmente de acuerdo contigo, hay lugares en que la asepsia a la hora de conectar y desconectar deja bastante que desear, todo lo cual se traduce en infecciones de fístula o de catéter. Afortunadamente, cada vez son más los lugares que cuentan con medidas de higiene adecuadas, y lo que antes era generalizado, ahora es la excepción.
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