viernes, 20 de marzo de 2015

Antiinflamatorios e insuficiencia renal crónica: una combinación muy poco adecuada



En una entrada anterior hemos hablado sobre los efectos negativos que puede producir la toma de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en personas con hipertensión arterial. En esta ocasión nos centraremos en las consecuencias que puede acarrear su consumo en situaciones de insuficiencia renal crónica



Los efectos de los antiinflamatorios sobre el riñón

Como señalábamos en la entrada anterior, los AINE inhiben la producción de algunas sustancias que intervienen en el mecanismo del dolor, como las Prostaglandinas. Ello indudablemente desencadenará un efecto beneficioso, como es el de reducir la sensación de dolor que experimentamos. Pero, dichas sustancias, las Prostaglandinas, también intervienen en mantener un adecuado flujo de sangre a través del riñón, y si se disminuye su efecto, se va a ver alterado el complejo sistema de presiones que permite el buen funcionamiento del riñón, y por tanto la producción de orina. La consecuencia final de ello, va a ser una alteración en el funcionamiento de este órgano, y en algunos casos se desencadenará una insuficiencia renal.
Por resumir mucho, de forma muy simplista, el efecto es como si secáramos el riñón, al no llegar sangre suficiente, al igual que sucede si no regamos una planta.



¿En todos los casos que se tomen antiinflamatorios se va a desencadenar insuficiencia renal?

Afortunadamente, la respuesta a esta pregunta es NO, sino lógicamente estos medicamentos no estarían aprobados para su uso. Volviendo a la comparación con las plantas, en la ciudad de Madrid algunos años no cae una gota de agua desde junio a septiembre y sin embargo las encinas del Monte del Pardo aguantan año tras año el paso del verano. Ahora bien, si probamos a trasplantar cualquier árbol en el mes de junio y no regarlo hasta septiembre, con toda seguridad se secará.
Algo parecido sucede en el riñón. Si su funcionamiento es correcto, no debería pasar nada por tomar antiinflamatorios, ya que otros mecanismos compensadores se encargarán de mantener el flujo de sangre a través de este órgano. Si el lector de este blog no tiene ningún grado de insuficiencia renal y toma habitualmente Ibuprofeno para el dolor de cabeza, le diría que no se preocupase, que puede seguir haciéndolo sin problemas.
Distinto es el caso, si ya hay una insuficiencia renal previa. En este caso, si a un riñón tocado  le disminuimos aún más el flujo de sangre, los efectos inevitablemente serán empeorar la insuficiencia renal que ya existía. Generalmente, al cesar la toma del medicamento, tras unos días se vuelve a recuperar el funcionamiento previo, pero en casos de tomas muy prolongadas el daño puede llegar a ser irreversible.




¿Se pueden tomar antiinflamatorios en trasplante renal?

Ya hemos visto que en situaciones de insuficiencia renal se desaconseja la toma de antiinflamatorios, pero, ¿y en personas que han recibido un trasplante renal y les funciona bien?
En estos casos, en principio tampoco es muy aconsejable su consumo, salvo en casos de extrema  necesidad, por varias razones:
-   es muy raro que el funcionamiento renal llegue a ser el de antes de comenzar el proceso de la enfermedad renal, quedando una insuficiencia renal mínima, que no impide llevar una vida totalmente normal, pero que nos obliga a tener mucho cuidado con la toma de cualquier medicamento que pueda dañarlo (por ejemplo, personas cuya creatinina oscile en torno a 1,3- 1,5 gr/ dl)
-    al trasplantar se pone un único riñón, no dos, por lo que por mucho que intente suplir la función de dos riñones sanos, en ocasiones no llega a hacerlo y el nuevo órgano está efectuando un trabajo extra, es decir actúa como el motor de un coche de carreras, y para evitar que se dañe hay que abstenerse de tomar cualquier medicamento que pueda deteriorarlo.



-   en muchos casos las personas trasplantadas toman bastantes medicamentos, además de los fármacos inmunosupresores (los que se encargan de evitar el rechazo). El introducir un nuevo medicamento (los antiinflamatorios) puede alterar esta equilibrio inestable  y en última instancia aumentar o disminuir los niveles en sangre de los inmunosupresores, produciendo  más efectos secundarios o un mayor riesgo de rechazo.

Por todas esas razones se desaconseja el uso de medicamentos antiinflamatorios en personas trasplantadas con buen funcionamiento renal. Por supuesto, si el trasplante funciona regular y hay un mayor grado de insuficiencia renal, la prohibición de tomar antiinflamatorios es absoluta.



Antiinflamatorios en  diálisis

En el caso de las personas con diálisis peritoneal es frecuente que se mantenga un cierto grado de funcionamiento renal, insuficiente para eliminar las toxinas que se acumulan en nuestro organismo por la insuficiencia renal (de ahí la necesidad de diálisis)  pero que en algunos casos es bastante relevante. Es decir, el riñón es un complemento de la diálisis peritoneal. Pues bien, la toma de antiinflamatorios puede contribuir a eliminar ese pequeño funcionamiento renal, y en consecuencia aumentar la necesidad de más diálisis peritoneal (por ejemplo, incrementando el tiempo de tratamiento por la noche si se usa cicladora, el número de intercambios por el día, o en casos insuficientes obligando a pasar a hemodiálisis). Por todo ello, desaconsejamos el uso de antiinflamatorios en diálisis peritoneal.


En cuanto a la hemodiálisis, si la persona no orinase nada, teóricamente se podrían utilizar estos medicamentos, ya que al no haber nada de funcionamiento renal, no podría estropearse ya nada. El problema es otro efecto frecuente de estos medicamentos: el sangrado digestivo, ya que las personas en diálisis, tienen un mayor riesgo de hemorragia, debido a la propia insuficiencia renal y al  tratamiento con heparina que se precisa para evitar la coagulación de la sangre durante las sesiones de hemodiálisis. Por ello, se recomienda dar estos medicamentos con mucha precaución en las personas en diálisis que no orinen nada, usándolos sólo en casos estrictamente necesarios, durante poco tiempo, y acompañados siempre de un protector de estómago para evitar la posibilidad de una hemorragia digestiva



Conclusiones

Como resumen de todo lo anterior diremos que se desaconseja el uso de antiinflamatorios en cualquier persona con insuficiencia renal, por leve que esta sea. Únicamente tendrían alguna posibilidad de uso en las personas en diálisis que no orinasen nada, pero siempre en periodos de tiempo muy cortos para evitar la posibilidad de un sangrado digestivo.








  

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