Hasta
ahora, en las diferentes entradas de este blog hemos hablado de la
insuficiencia renal crónica en general; si bien, multitud
de causas pueden producirla. La más frecuente es la afectación de los riñones por diabetes, lo que se
denomina nefropatía diabética, de la cual trataremos en próximas entradas. La segunda causa es debida a la existencia
de hipertensión arterial, sobre la cual se
habló en el apartado dedicado a
dicha enfermedad, y, en
tercer lugar se sitúan las glomerulonefritis como
causa de afectación renal. Por ser este grupo de
enfermedades bastante desconocidas en general, hablaremos de ellas a continuación.
El glomérulo normal
La
palabra glomerulonefritis significa " inflamación del glomérulo", por tanto, lo
primero que tenemos que saber es en qué consiste esta estructura.
El riñón normal es el órgano encargado de producir la
orina. Para ello cuenta con unas unidades muy pequeñas llamadas nefronas donde tiene lugar este proceso y un
conjunto de túbulos (pequeñas tuberias) por donde va circulando la orina hasta ir
desembocando en una única salida por donde se drena
la orina de cada riñón (uréter). Es decir, es como si el conjunto de calles de un
barrio de una ciudad fuesen a dar a avenidas cada vez más grandes, hasta acabar en una gran autopista por donde
saliese todo el tráfico de ese barrio.
Volvamos
ahora a la nefrona. Hemos comentado que es el lugar donde se forma la orina. Para la formación de dicha orina, la nefrona está constituida por dos partes:
un filtro llamado glomérulo donde se eliminan gran
cantidad de productos de desecho así como elementos que hay que
eliminar de la sangre y a continuación, un sistema de pequeños túbulos donde se recuperan algunas sustancias que el
organismo ha filtrado inicialmente y que no quiere perder, hasta ir
desembocando en conductos cada vez de mayor calibre, como hemos visto
anteriormente.
Por
tanto, el glomérulo es el filtro donde se limpia la sangre y se comienza la producción
de orina.
Glomérulonefritis: ¿una o varias enfermedades?
La
glomerulonefritis no es una única enfermedad, sino
un grupo de situaciones que tienen en común la inflamación de los glomérulos, ya que, pueden ser
afectadas diferentes partes de esta estructura. De este modo tendremos
diferentes tipos de glomerulonefritis,unas de ellas serán más agresivas pudiendo
desembocar en una insuficiencia renal que evoluciona muy rápidamente, mientras que en otras la evolución suele ser muy lenta, pudiendo permanecer la persona
estable durante años o décadas. La más frecuente es la glomerulonefritis Ig A, que generalmente
suele tener muy buen pronóstico, aunque cada caso puede
evolucionar de manera diferente.
¿ Cuándo sospechar una
glomerulonefritis?
Ya hemos
comentado que existen diferentes tipos de glomerulonefritis, y lógicamente cada una de ellas tendrá su tipo de afectación particular. Sin embargo,
algunas de ellas comparten algún tipo de síntomas, que mencionaremos a continuación.
Al
inflamarse el filtro donde se produce la orina, aparecerán en ésta sustancias que en
condiciones normales no deberían estar. Pensemos ahora un
momento en los buscadores de oro que aparecían
en las películas del oeste y la criba que
empleaban. Si los agujeros de ésta se rompían, las pepitas de oro no eran retenidas y se caían al fondo del río.
En
condiciones normales no debe aparecer sangre en la orina, por tanto su presencia puede indicar que el filtro no funciona bien por estar
inflamado (glomerulonefritis) y se escapa a través
de los poros, aunque hay que tener en cuenta que puede aparecer también en otras situaciones que no tengan nada que ver, como en
una infección de orina.
La
presencia de proteínas en la orina tampoco es una
situación normal, aunque al igual que
en el caso anterior (sangre) no es exclusivo de una glomerulonefritis. En
ocasiones, la pérdida de proteínas es tan grande que sus niveles en sangre bajan mucho y
la consecuencia de ello es que la persona retiene líquidos, ya que estas sustancias realizan en el organismo entre otras
funciones la del mantener el líquido
dentro de los vasos (venas y arterias) y evitar que se escape a otros tejidos.
Por tanto, ante una pérdida
de proteínas muy grande
por la orina, acompañada de una disminución
de sus niveles en sangre y de una importante inflamación
por retención de líquidos
en piernas, cara, brazos...existe una alta sospecha de encontrarnos ante una
glomerulonefritis.
En otras
ocasiones la enfermedad puede manifestarse por una insuficiencia renal que
evoluciona muy rápidamente y obliga a realizar
diálisis o por la aparición de una hipertensión arterial importante y de
comienzo brusco.
La importancia de la biopsia renal
Ya hemos
visto que existen varios tipos de glomerulonefritis y que además pueden manifestarse de modos completamente diferentes. Lógicamente el tratamiento será
distinto, por lo que es muy importante saber ante qué tipo nos encontramos. Para ello es frecuente realizar una
biopsia renal, que consiste en pinchar un riñón
para extraer una pequeña muestra del mismo y
analizarlo al microscopio. La información se pude obtener a los 3-4 días y generalmente es muy valiosa para elegir
el tratamiento adecuado de la enfermedad. Hay que tener en cuenta que la palabra biopsia en este caso no tiene nada que ver con cáncer, ya que muchas personas lo asocian inmediatamente, sino con el análisis de un tejido.
El
procedimiento se suele realizar con anestesia local y generalmente requiere
ingreso 24 horas. La punción del riñón se efectúa guiándonos por ecografía y las complicaciones son
escasas.
¿ Cómo
tratar una glomerulonefritis?
Dentro
del apartado de tratamiento es necesario distinguir por un lado una serie de
medidas generales comunes a todas ellas y, por otro, pautas de tratamiento
específico de cada tipo de
glomerulonefritis.
Entre las
medidas generales citaremos:
- control
estricto de la tensión arterial, intentando
conseguir cifras inferiores a 135/85 mmHg.
- evitar
el sobrepeso y la obesidad, ya que produce un exceso de trabajo a los riñones.
-
restringir el consumo de sal, para evitar que aumente la tensión arterial y la retención
de líquidos.
-
disminuir el consumo de proteínas para no sobrecargar a los
glomérulos.
- no
consumir grasas en exceso, ya que es frecuente el aumento de los niveles de
colesterol en estas enfermedades.
- en caso
de gran retención de líquidos puede ser útil el tratamiento con diuréticos.
Entre los
tratamientos específicos que se utilizan para los
diferentes tipos de glomerulonefritis y cuyo objetivo es bajar la inflamación del glomérulo los más empleados son los corticoides, si bien, en ocasiones, según el grado de afectación deban combinarse con otros más potentes como ciclofosfamida, clorambucilo, ciclosporina,
tacrolimus, micofenolato o azatioprina.
exelente explicacion
ResponderEliminarMuy buena explicación! !!
ResponderEliminarPero tengo una duda ...esta enfermedad puede ser hereditaria? ???
Espero responda mi duda.....muchas gracias.
No es lo habitual el que sea hereditaria, pero como dentro de las glomerulonefritis hay tantos tipos en algunos casos podría serlo.
ResponderEliminarMuy clara la info... ojalá pronto encuentren la cura a la enfermedad de mi hijito y de tantos niños que como él luchan día a día... muchas gracias...
ResponderEliminarMuy clara la información,podría comunicarme con usted?ya que estoy realizando análisis y los resultados son bastante altos
ResponderEliminarHola Brenda, puedes contactar por medio de la plataforma de ayuda Renalcom, cuya página web es WWW.myrenalcom.com donde estaremos gustosos de responderte todas tus dudas. Regístrate, si puedes en el foros y ahí te contestaremos. Un saludo
ResponderEliminarEdito, la web es WWW.myrenalhelp.com
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