En entradas anteriores de este blog hemos
hablado sobre el importante papel que desarrolla la sal en la hipertensión arterial y las
consecuencias negativas de su abuso. Pues bien, a continuación, vamos a hablar
de cómo reducir su presencia en la
alimentación y cuánto debería ser la cantidad máxima que una persona debería ingerir
al día.
Las recomendaciones de la OMS
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una
persona debe ingerir como máximo 5 gr de sal al día. Lógicamente si es hipertenso, se debe ser mucho más estricto y 3 gr serán mejor que 4 y a su vez 4 que 5gr, aunque
podríamos señalar que en una
persona con valores de tensión elevada la cantidad de sal diaria deberá de ser
inferior a 5 gr y si se puede reducir aún más, mucho mejor. Obviamente, en aquellos pacientes
con valores de tensión muy elevados (superior a
160/100 mmHg) la cantidad de sal deberá ser aún inferior.
Y, ¿cuánto tomamos de media los españoles? Pues según una nota de prensa de la
Sociedad Esoañola de Hipertension la cantidad de sal media consumida en nuestro
país es de 10 gr, es decir, justo
el doble de la cantidad que recomienda la OMS.
¿ Dónde se encuentra la sal en la diera?
Frente a lo que podría parecer, tan sólo el 20-30% de la sal diaria procede de la que echamos mediante el
salero a los alimentos durante su cocinado o a la hora de prepararlos para su
consumo. El resto, 70- 80 % se encuentra en alimentos envasados o ya preparados
listos para su consumo. Como ejemplo de esto último, hemos ido al supermercado a hacer la compra y hemos encontrado
los siguientes contenidos de sal en algunos alimentos de consumo frecuente:
Contenido de sal en alimentos
|
(gr de sal por 100 mg de ración)
|
Queso en lonchas para fundir
|
3,3
|
Queso Roquefort
|
3
|
Queso curado de oveja
|
2,1
|
Queso Gouda
|
1,8
|
Queso Mozzarella
|
0,4
|
Pechuga de pavo
|
2,25
|
Escalopes de pollo en salsa de champiñón precocinados
|
1,09
|
Pollo al chilindrón precocinado
|
0,66
|
Canelones a la Boloñesa precocinados
|
1
|
Patatas fritas de bolsa
|
1,5
|
Tomate frito
|
1,2
|
Ventresca de atún en aceite de oliva
|
1,5
|
Espárragos blancos en conserva
|
1
|
Mantequilla con sal
|
0,23
|
Queso blanco de untar
|
0,3
|
Espaguetis a la carbonara
|
0,66
|
Como vemos, es apreciable la cantidad de sal contenida en algunos
alimentos preparados o en conserva, con lo cual, con su consumo fácilmente se superarían las recomendaciones de cantidades de sal diaria. Hay que señalar, además, que en el envasado de
algunos productos del supermercado no venía especificado el contenido de sal, y en otros, se refleja el contenido
de sodio. En este último caso, hay que multiplicar
por 2.5 dicho valor para obtener la
cantidad de sal que contiene un alimento.
¿Qué alimentos hay que evitar?
Por tanto, y según lo que hemos visto en el
apartado anterior, los alimentos a evitar serán todos los fiambres, embutidos, quesos curados, productos precocinados y envasados en los que el
contenido de sal es muy elevado
Por ejemplo, será mejor comprar unas judías verdes frescas y cocinarlas nosotros sin
sal y no consumir el producto de judías
envasadas que tiene mucha sal para su adecuada
conservación.
Es muy importante mirar el etiquetado de los productos y comparar el
contenido de sal de los diferentes alimentos para evitar los de mayor contenido
en sal. En caso de duda o si no aparece reflejada esa información, mejor no comprarlo.
Las frutas y verduras frescas son alimentos con un contenido en sal ínfimo. Su consumo, así como el de carnes y pescados frescos, huevos
y leche es un buen recurso para reducir el contenido de sal en la dieta y
ayudar a prevenir la aparición de hipertensión o a su control en los casos en que
ya exista.
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