Hoy
hablaremos de una complicación que puede aparecer tras realizar la fistula arteriovenosa para
dialisis: el síndrome de robo. Afortunadamente, se trata de un situación muy poco frecuente, pero que
en caso de presentarse puede producir mucho dolor y molestias a la
persona que lo padece. Sobre en qué consiste
este síndrome, cómo reconocerlo y qué se puede hacer par solucionarlo, hablaremos
en las siguientes líneas.
¿Por qué se produce?
En una
entrada anterior de este blog ya hemos hablado sobre en qué consiste una
fistula arteriovenosa para dialisis (ver enlace) . Por
recordarlo brevemente, consiste en la union de un arteria y un vena de gran
calibre del brazo para crear una súper vena
por la que circule una gran cantidad de
sangre y sea al mismo tiempo fácil de
pinchar ( ya que la pared de las venas es mas fina que la de las arterias ). De
esta manera se puede sacar gran cantidad de sangre, limpiarla y devolverla depurada a nuestro organismo.
Sin
embargo, si la cantidad de sangre que realiza el trayecto directo arteria- vena
es muy elevada, puede suceder que llegue muy poca a la zona de la mano, con lo
que podría aparecer sensación de frialdad, dolor y en casos extremos
úlceras por falta de riego sanguíneo en la mano. Es lo que se conoce como síndrome de robo en una fistula arteriovenosa y su causa es por haber
mandado demasiado flujo de sangre a la fistula recién creada impidiendo que llegue suficiente flujo a las últimas regiones del brazo ( mano y dedos)
¿Cómo evitar su aparición ?
Afortunadamente,
su aparición es muy rara, entre el 1 y el
5 % de las personas que inician
dialisis presentan algún tipo de robo provocado por la realización de una fistula arteriovenosa. El mayor
riesgo se producirá en personas:
-
de edad avanzada
-
diabéticos
-
mujeres
- problemas previos de circulación en las arterias.
Es mucho
mas frecuentes su aparición si se realiza una fistula a
nivel del codo que en el caso de realizarse en la muñeca.
Para
prevenir su aparición será fundamental la labor del cirujano que realiza la fistula, ya que debe
asegurarse que llega suficiente sangre a la regiones más
alejadas del brazo, especialmente en personas de alto riesgo, como son
los casos que hemos citado anteriormente.
¿Cómo reconocer el síndrome de robo?
Como hemos
señalado anteriormente, este síndrome aparece tras la creación de una fistula, los síntomas se presentan al poco tiempo, y de
forma tipica empeoran al usar la fistula
durante la diálisis. Es decir, una fistula que lleva mucho tiempo realizada es
muy raro que comience a dar problemas de robo.
Los síntomas pueden ser:
-
frialdad de la parte del brazo más alejada del cuerpo ( manos y dedos )
-
color azulado de dicha zona
-
dolor que empeora sobre todo durante la dialisis y mejora muy poco con calmantes
-
hormigueos en la mano
-
aparición de úlceras muy dolorosas, que evolucionan rápido y a veces se infectan
¿Se puede solucionar?
Una vez
sabemos que una persona que acude a dialisis tiene síndrome de robo por la fistula, ¿ qué se puede hacer?. Lo veremos a
continuación:
-
en casos muy leves, puede ir mejorando solo, al ir formándose nuevos vasos sanguíneos que lleven sangre a la zona donde falte.
Si el dolor es muy leve , la frialdad escasa
y no hay ninguna úlcera se puede esperar y podría mejorar de manera espontánea
-
en casos donde hay una afectación moderada, se puede cerrar la fistula de manera parcial para
disminuir la cantidad de sangre que marcha directamente de la arteria a la vena
y así intentar aumentar el flujo
sanguíneo a la mano
-
por ultimo, en casos de mucha afectación, como dolor intenso o úlceras
muy importantes, la única solución será cerrar la fistula y valorar realizar otra nueva en el otro brazo o
colocar un catéter para realizar la diálisis.
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