Siguiendo con el tema de las
plantas medicinales que puedan tener algún efecto sobre la tensión
arterial o el funcionamiento de los riñones y tras haber hablado en anteriores entradas de este blog sobre la cola de caballo
y el regaliz, en esta ocasión nos centraremos en el hibisco, una de las plantas de la que existe
mayor evidencia científica en cuanto a sus efectos
beneficiosos en relación con el control de la tensión arterial en pacientes hipertensos.
Sobre el hibisco
Hay que señalar en primer lugar que se trata de una
planta muy utilizada como infusión en
regiones como Estados Unidos, México,
Centroamérica, Oriente Próximo, Sudamérica... Se conoce también como
agua de Jamaica y el nombre científico de
la planta es Hibiscus sabdariffa.
Los cálices de las flores,
debidamente desecados, son los que se emplean para realizar las infusiones
entre las que se encuentra el popular té de hibisco. Para más información sobre esta planta se puede consultar el
siguiente enlace.
Un estudio
"sorprendente"
A finales del pasado año apareció en varios medios de comunicación una noticia ciertamente
interesante. En ella se hablaba de los resultados de la utilización de pétalos de hibisco en un grupo de
pacientes hipertensos y con sobrepeso, experimentando tras 4 semanas de seguimiento, una reducción
importante en los valores de tensión
arterial y colesterol.
El trabajo, en el que han
intervenido investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Universidad de Granada, y el Hospital de Tarragona (todos en España), ha
sido publicado en la revista Molecular Nutritional and Food Research a
comienzos de este año y puede consultarse aquí. En el estudio había dos partes en animales y en
humanos. Centrandonos en estos últimos,
se estudiaron 31 personas con hipertensión arterial que tomaron extracto de hibisco durante 4 semanas (entre 6
y 8 gramos diarios). Tras ello los valores de tensión arterial disminuyeron una media de 11 mmHg y el colesterol también disminuyó de manera significativa, así como otros parámetros involucrados en la
oxidación celular. Es decir, es como si
fuera un producto que protegiese nuestro cuerpo frente a la posibilidad de
tener un infarto cardíaco o cualquier otro proceso
similar, ya que
ayuda a bajar la tensión arterial, el colesterol y es
antioxidante, ¡suena bien!, ¿verdad?.
Más estudios...
Sin embargo, se podría argumentar al trabajo anterior el hecho de
que sólo se administrase a 31 personas
hipertensas (muestra muy pequeña) y
durante 4 semanas (periodo de seguimiento muy corto). ¿Invalida este hecho los resultados obtenidos?
No, pero revisaremos si hay más estudios publicados sobre los
efectos de cálices de hibisco en hipertensión arterial:
- un trabajo realizado en Irán y publicado en 2009 comparaba los efectos
producidos sobre la tensión arterial al consumir té negro y té de hibisco (2 tazas al día).
Concluyó que se producía una discreta disminución de los valores de tensión arterial en el grupo que tomó hibisco frente a los pacientes que tomaron té negro, en los cuales la presión arterial aumentó. Puede consultarse aquí.
- otro estudio publicado en 2010
en 65 pacientes hipertensos mostraba resultados similares: una discreta
disminución de la tensión arterial frente a aquellos que no
consumieron hibisco. Puede consultarse aquí.
- en otros dos trabajos se
comparaban el efecto de hibisco en bajar la tensión arterial frente a dos medicamentos de amplio uso, como son Captopril
y Lisinopril, siendo similar al primero e inferior en eficacia al segundo. Para
más información, sobre los datos obtenidos se puede
consultar aquí y aquí, respectivamente.
¿Puede tener efectos secundarios?
Ya hemos visto que la toma de
hibisco podría resultar beneficiosa para
ayudar a controlar los valores de tensión arterial, ahora bien, al estar introduciendo una sustancia a nuestro
organismo (aunque sea de origen natural), ¿podría ésto tener efectos secundarios?
Para responder esta pregunta
echaremos mano de una magnífica revisión sobre todos los estudios realizados con
esta sustancia en pacientes hipertensos, realizada por el Dr.Hopkins y su
equipo, en la Universidad de Arizona y publicada en 2013 (se puede consultar
aquí ).
Según los casos estudiados, el consumo de hibisco puede considerarse
seguro a dosis bajas, moderadas, sin haberse documentado ningún efecto adverso. No hubo alteración en parámetros de funcionamiento de hígado, riñón, ni en los niveles de potasio,
urea, sodio o magnesio. Sin embargo, a dosis elevadas (más de 300 mg/kg/día) se han descrito alteraciones
en parámetros hepáticos, y aumento en los niveles de ácido único, con lo cual podría ser
peligroso su consumo. En cantidades mucho más elevadas se han observado casos de infertilidad en ratas y a dosis
superiores a 2gr/kg/día puede provocar intoxicaciones severas.
Asimismo, hay que tener mucho cuidado si se están tomando diuréticos, ya que el consumo de
hibisco puede potenciar sus efectos, de tal forma que eliminemos más volumen de líquido del deseado. Dado que las personas con insuficiencia renal
suelen tomar este tipo de medicamentos, por ello no se recomienda el consumo
de hibisco en ellos.
¿Qué cantidad de hibisco hay que tomar para bajar la tensión arterial?
Otro problema que comentan el
grupo de la universidad de Arizona en su revisión sobre los efectos de hibisco es la disparidad de dosis entre los
diferentes estudios realizados con esta planta, oscilando entre 1,25 y 10 gr al
día. Por tanto, ¿qué dosis
tomar?
Parece difícil responder esta pregunta, no obstante, en
cualquier caso estas concentraciones están alejadas de aquellas con las
que aparecen efectos secundarios. Por ejemplo, una persona de 60 kg, podría comenzar con alteraciones en parámetros hepáticos a partir de 18 gr/día, aunque
mi consejo es que si se consume, dado que no hay muchos estudios aún en humanos, se haga a dosis bajas, es decir
más cerca de 1,25 que de 10gr/día,y se hagan controles periódicos analíticos.
Conclusiones
Como resumen de todo lo
anterior, diremos que el hibisco es una planta que presenta una actividad
interesante en el campo del control de la tensión arterial y de los valores de colesterol, si bien hacen falta más estudios que definan mejor su efecto. Su
consumo a dosis bajas parece seguro, aunque debe evitarse en
personas con insuficiencia renal moderada-avanzada y en aquellos que estén tomando diuréticos. Aunque no se ha comprobado toxicidad a dosis bajas, dada la
falta de estudios, tampoco es conveniente tomarlo en mujeres embarazadas.
Esperemos que haya en un futuro publicados nuevos trabajos que nos permitan conocer un poco
mejor los prometedores efectos beneficiosos de esta interesante planta.
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