La
pregunta que traemos hoy a esta entrada, puede parecer a priori un poco ilógica , ya estamos hablando de dos situaciones
totalmente diferentes: la hipertensión y la
obesidad. Además, afortunadamente, ni todas las personas que presentan problemas
de tensión elevada tienen sobrepeso, ni
por el hecho de tener unos kilos de más, obligadamente se es
hipertenso. Pero, a pesar, de ello, existen cada vez más evidencias en el sentido que la obesidad
podría ser un factor de riesgo para
el desarrollo de hipertensión. A continuación, hablaremos un poco más de ello.
A más peso, más riesgo de tensión
elevada
En la
década de los 90 se publicaron los
datos de un estudio norteamericano, donde se habían seguido más de 80000 mujeres relacionados
con el ámbito sanitario desde 1976 y se
había visto su evolución en cuanto a valores de tensión arterial y peso (entre otras muchas otras
variables). Los resultados no dejaban lugar a dudas: las mujeres que ganaron más peso durante los años de
seguimiento fueron las que desarrollaron con más probabilidad hipertensión
arterial. E inversamente, en aquellos
casos en que hubo un importante descenso de peso, la posibilidad de tener un
futuro problemas de tensión arterial elevada fue menor.
¿Por qué se relacionan el sobrepeso y la hipertensión arterial?
Parece
ser que no hay un único mecanismo que intervenga en
esta relación. Por un lado, las personas con
sobrepeso tienen mayor volumen de sangre circulante y una mayor activación de unas hormonas llamadas
renina-angiotensina-aldosterona, lo cual son dos mecanismos importantes en el
desarrollo de la hipertensión. Además, parece haber un cierto grado de daño en los riñones (más cuanto más severo y más tiempo lleve el sobrepeso),
que contribuye a la elevación de la presión arterial. Por último, la grasa acumulada tiene un papel muy relevante en el
desarrollo de hipertensión arterial asociada a obesidad.
¿Y si se pierde peso, se puede
controlar mejor la tensión
arterial?
La
respuesta a esta pregunta sería claramente SÍ. Hay evidencias importantes que afirman que
el descenso de peso en personas con hipertensión arterial, es una de las medidas más eficaces para lograr un buen control de la tensión arterial. De hecho, algunos estudios han
señalado que mientras nos
encontremos por encima de nuestro peso ideal una reducción de 10 kg, puede suponer un descenso de
entre 5 y 20 mmHg de presión arterial, lo cual es una cifra
bastante significativa. Además, en algunos casos se puede
reducir de manera importante la cantidad de medicación necesaria para controlar la tensión arterial, lo cual también es un beneficio añadido.
¿Cómo se puede perder peso?
Ésta es una pregunta bastante difícil de responder, ya que cada persona es
totalmente diferente a otra, y lo que en unos casos sirve, quizá en otros no sea tan útil. No obstante, como consejos generales
podemos señalar:
- huir de dietas milagro y buscar
siempre consejo en algún profesional. De nada sirve
perder unos kilos si con ello estamos provocando un problema en nuestro
organismo
- pensar que lo importante es
mantenerse. De nada sirve perder 10 kilos si al mes, volvemos a comer igual que
antes y hemos recuperado lo perdido. Es fundamental para ello cambiar los hábitos que nos han hecho engordar, por ejemplo
si desayunamos un bollo relleno de
chocolate, será bueno cambiarlo por una tostada
con aceite, pero no durante un mes para luego volver al bollo, sino de manera
permanente
- acompañar siempre la dieta con algún tipo de
ejercicio moderado y eso si, regular. De nada sirve correr un día 10 km sino se vuelve a repetir, será mucho más útil correr de firma regular 3 km
- es importante la motivación a la hora de hacer una dieta, el pleno
convencimiento de que lo vamos a lograr. Y, sobre todo, animarse mucho ante los
logros alcanzados, si hemos perdido 4 kg, por ejemplo, eso tiene que animarnos
para seguir en la misma linea y decirnos a nosotros mismos: SÍ, SE PUEDE.
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