En una entrada anterior hemos hablado sobre
los efectos negativos que puede producir la toma de antiinflamatorios no
esteroideos (AINE) en personas con hipertensión arterial. En esta ocasión nos centraremos en las consecuencias
que puede acarrear su consumo en situaciones de insuficiencia renal crónica
Los efectos de los antiinflamatorios
sobre el riñón
Como señalábamos en la entrada
anterior, los AINE inhiben la producción de algunas sustancias que intervienen en el mecanismo del dolor,
como las Prostaglandinas. Ello indudablemente desencadenará un efecto beneficioso, como es el de
reducir la sensación de dolor que
experimentamos. Pero, dichas sustancias, las Prostaglandinas, también intervienen en mantener un adecuado
flujo de sangre a través del riñón, y si se disminuye su efecto, se va a
ver alterado el complejo sistema de presiones que permite el buen
funcionamiento del riñón, y por tanto la
producción de orina. La
consecuencia final de ello, va a ser una alteración en el funcionamiento de este órgano, y en algunos casos se desencadenará una insuficiencia renal.
Por resumir mucho, de forma muy simplista,
el efecto es como si secáramos el riñón, al no llegar sangre suficiente, al
igual que sucede si no regamos una planta.
¿En todos los casos
que se tomen antiinflamatorios se va a desencadenar insuficiencia renal?
Afortunadamente, la respuesta a esta
pregunta es NO, sino lógicamente estos
medicamentos no estarían aprobados para su uso.
Volviendo a la comparación con las plantas,
en la ciudad de Madrid algunos años no cae una gota de agua desde junio a septiembre y sin embargo
las encinas del Monte del Pardo aguantan año tras año el paso del
verano. Ahora bien, si probamos a trasplantar cualquier árbol en el mes de junio y no regarlo
hasta septiembre, con toda seguridad se secará.
Algo parecido sucede en el riñón. Si su funcionamiento es correcto, no
debería pasar nada por
tomar antiinflamatorios, ya que otros mecanismos compensadores se encargarán de mantener el flujo de sangre a través de este órgano. Si el lector de este blog no tiene ningún grado de insuficiencia renal y toma
habitualmente Ibuprofeno para el dolor de cabeza, le diría que no se preocupase, que puede seguir
haciéndolo sin
problemas.
Distinto es el caso, si ya hay una
insuficiencia renal previa. En este caso, si a un riñón tocado le
disminuimos aún más el flujo de sangre, los efectos
inevitablemente serán empeorar la
insuficiencia renal que ya existía. Generalmente, al cesar la toma del medicamento, tras unos días se vuelve a recuperar el funcionamiento
previo, pero en casos de tomas muy prolongadas el daño puede llegar a
ser irreversible.
¿Se pueden tomar
antiinflamatorios en trasplante renal?
Ya hemos visto que en situaciones de
insuficiencia renal se desaconseja la toma de antiinflamatorios, pero, ¿y en personas que han recibido un
trasplante renal y les funciona bien?
En estos casos, en principio tampoco es muy
aconsejable su consumo, salvo en casos de extrema necesidad, por varias razones:
- es muy raro que el
funcionamiento renal llegue a ser el de antes de comenzar el proceso de la
enfermedad renal, quedando una insuficiencia renal mínima, que no impide llevar una vida totalmente normal, pero que
nos obliga a tener mucho cuidado con la toma de cualquier medicamento que pueda
dañarlo (por ejemplo, personas cuya
creatinina oscile en torno a 1,3- 1,5 gr/ dl)
-
al trasplantar se pone un único riñón, no dos, por lo que por mucho que intente suplir la función de dos riñones sanos, en ocasiones no llega a hacerlo y el nuevo órgano está efectuando un trabajo extra, es decir actúa como el motor de un coche de carreras, y para evitar que se dañe hay que abstenerse de tomar cualquier medicamento que pueda deteriorarlo.
- en muchos casos las personas
trasplantadas toman bastantes medicamentos, además de los fármacos inmunosupresores (los que se encargan de
evitar el rechazo). El introducir un nuevo medicamento (los antiinflamatorios) puede alterar esta equilibrio inestable y en última instancia aumentar o disminuir los
niveles en sangre de los
inmunosupresores, produciendo más efectos secundarios o un mayor riesgo de rechazo.
Por todas esas razones se desaconseja el uso
de medicamentos antiinflamatorios en personas trasplantadas con buen funcionamiento
renal. Por supuesto, si el trasplante
funciona regular y hay un mayor grado de insuficiencia renal, la prohibición de tomar antiinflamatorios es absoluta.
Antiinflamatorios en diálisis
En el caso de las personas con diálisis peritoneal es frecuente que se
mantenga un cierto grado de funcionamiento renal, insuficiente para eliminar las
toxinas que se acumulan en nuestro organismo por la insuficiencia renal (de ahí la necesidad de diálisis)
pero que en algunos casos es bastante relevante. Es decir, el riñón es un complemento de la diálisis peritoneal. Pues bien, la toma de antiinflamatorios
puede contribuir a eliminar ese pequeño funcionamiento renal, y en consecuencia aumentar la necesidad de
más diálisis peritoneal (por ejemplo,
incrementando el tiempo de tratamiento por la noche si se usa cicladora, el número de intercambios por el día, o en casos insuficientes obligando a
pasar a hemodiálisis). Por todo
ello, desaconsejamos el uso de antiinflamatorios en diálisis peritoneal.
En cuanto a la hemodiálisis, si la persona no orinase nada, teóricamente se podrían utilizar estos medicamentos, ya que al
no haber nada de funcionamiento renal, no podría estropearse ya nada. El problema es otro efecto frecuente de
estos medicamentos: el sangrado digestivo, ya que las personas en diálisis, tienen un mayor riesgo de
hemorragia, debido a la propia insuficiencia renal y al tratamiento con heparina que se precisa para
evitar la coagulación de la sangre
durante las sesiones de hemodiálisis. Por ello, se recomienda dar estos medicamentos con mucha
precaución en las personas
en diálisis que no orinen
nada, usándolos sólo en casos estrictamente necesarios,
durante poco tiempo, y acompañados siempre de un
protector de estómago para evitar la
posibilidad de una hemorragia digestiva
Conclusiones
Como resumen de todo lo anterior diremos que
se desaconseja el uso de antiinflamatorios en cualquier persona con
insuficiencia renal, por leve que esta sea. Únicamente tendrían alguna
posibilidad de uso en las personas en diálisis que no orinasen nada, pero siempre en periodos de tiempo muy
cortos para evitar la posibilidad de un sangrado digestivo.