miércoles, 29 de febrero de 2012

Optimismo: una medicina barata y efectiva

El otro día apareció en un periódico un reportaje sobre Irene Villa, quien, como es sabido, sufrió un brutal atentado de ETA en octubre de 1991 que le amputó las 2 piernas. Me llamó la atención el optimismo que irradiaba durante todo el artículo, a pesar de todo lo que había sufrido había podido rehacer su vida, se había casado, estaba esperando un hijo, se había licenciado en Psicología, impartía charlas, y ahora estaba a punto de estrenar nuevas piernas. Es realmente admirable su espíritu de superación, sus ganas de llevar una vida normal, y en definitiva su entusiasmo http://www.irenevilla.org/noticia-detalle/196/irene-villa-o-el-triunfo-de-la-vida

Optimismo ante la adversidad

La enfermedad renal, como cualquier enfermedad crónica supone un importante cambio en la vida de la persona que la padece. Pensemos, por ejemplo, en un paciente que debe iniciar hemodiálisis, sabe que debe acudir a partir de entonces tres días por semana al hospital a llevar a cabo su tratamiento. Además, debe llevar una dieta más restrictiva, control de líquidos, cuidados de la fístula... con lo que su vida sufre una importante transformación en ese momento, no siendo extraño en muchas casos que la persona entre en una depresión.

Sin embargo, pasado este primer período de aceptación de la enfermedad, observamos como hay personas que enseguida se habitúan a la nueva situación, mientras que otros están constantemente lamentando su mala suerte y pensando que todo va a ir peor. El primer grupo, los optimistas, son personas que tienden a ver el futuro de manera positiva, es decir, piensan que "me van a ocurrir cosas buenas en el futuro" y que "aunque ahora estoy mal seguro que voy a estar mejor". En el otro extremo, los pesimistas están lamentándose sobre su mala suerte, con pensamientos del tipo "seguro que ésto no puede mejorar" y "cada vez voy a ir peor". En resumen, dos formas diferentes de reaccionar ante una misma situación.

Importancia del optimismo ante la enfermedad

Y, ¿qué importancia tiene en el transcurso de la enfermedad el que adoptemos una actitud más o menos optimista ante ella? Bastante, tanto si estamos hablando de enfermedades agudas como de crónicas.

Algunos estudios han demostrado que en pacientes sometidos a cirugía cardiovascular la recuperación de su proceso era más rápida en aquellos que mantenían una actitud más optimista. Unos resultados similares se han encontrado en personas con cáncer y en enfermos con enfermedad cardiaca http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8366426?dopt=Abstract http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20346702 . No estamos diciendo que con optimismo sólo se consiga curar una enfermedad, evidentemente hay que tomar la medicación pautada y seguir los consejos del personal sanitario, pero sí es un importante aliado que contribuye a una recuperación más rápida.

Optimismo en diálisis

En el campo de la insuficiencia renal crónica y más concretamente en la hemodiálisis, también tiene una gran importancia la actitud más o menos optimista con que se viva la enfermedad.
En este sentido, a comienzos del año 2011 se publicó en la revista "Nefrología" un estudio muy novedoso realizado en Alicante y Granada. Se evaluó el grado de optimismo que presentaban los enfermos que acudían a sus sesiones de diálisis habitual y se comparó con el número de ingresos en el hospital. ¿Resultado? Ingresaban bastante más aquellos que tenían una visión mucho más pesimista y además su calidad de vida era bastante peor. Los autores del estudio concluyen que el optimismo es otro factor más a considerar en la evolución de los pacientes en diálisis http://www.revistanefrologia.com/modules.php?name=articulos&idarticulo=10534&idlangart=ES.


¿Qué podemos hacer para cambiar una visión negativa en otra más optimista?

Como hemos visto previamente, parece que una visión más optimista ante el propio desarrollo de la enfermedad podría tener un efecto positivo en su evolución, por lo que puede ser útil intentar centrarse en algunos aspectos positivos de la nueva situación: "he conocido gente en diálisis que me trata bien, me encuentro a gusto con el personal que me atiende, comparto con otros enfermos inquietudes, problemas comunes...". Al mismo tiempo, intentar visualizar el futuro de manera positiva puede ser útil, en vez de: "ésto cada vez va a ir peor hasta que me muera", pensamientos del tipo: "seguro que me voy a encontrar cada vez mejor con la diálisis" o "voy a intentar una vida lo más normal posible, recuperando algunas actividades que hacía antes de caer enfermo en la medida de mis posibilidades".
En este sentido último, quizá pueda ser útil tener algún modelo de persona que a pesar de una grave limitación o enfermedad ha conseguido salir adelante con grandes dosis de optimismo. Ojalá el ejemplo de Irene Villa con el que abríamos esta entreda sirva a alguien para tener  una visión más optimista de la vida. http://www.irenevilla.org/ 

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